Tegucigalpa

Los niños de la aldea Santa Rosita jamás renunciarán a su superación

Entre la necesidad que abate esta humilde comunidad del Distrito Central, la Maratón del Saber llegó a sembrar la esperanza en los escolares. Entregamos útiles escolares a 100 niños de dos escuelas rurales del sector

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09.02.2019

VALLE DE AMARATECA, HONDURAS.- “Allá, ¿lo mira? Allaaaá, detrás de la lomita, ese techito que se ve allá”, indica con su dedo índice, a lo alto de la montaña, una pobladora de la aldea Santa Rosita.

Esa fue la única dirección de la Escuela El Zurzular. Esa escueta indicación y las ganas de ayudar fueron más que suficientes para llegar a este centro educativo.

Calles empinadas, llenas de polvo y solo maleza alrededor, nos indicaban que debíamos seguir cuesta arriba antes de estar en nuestro destino.

Ya en la cima, en una covacha de madera tostada por el sol, 20 niños nos observaban con curiosidad, pero su amabilidad de inmediato les hizo pronunciar a una sola voz un reconfortante “buenos días”.

La profesora Erica Muñoz salió a nuestro encuentro para darnos la bienvenida y al conocer nuestra misión en el humilde lugar, su expresión de sorpresa cambió por la de un infinito “gracias”.

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“Mis estudiantes no tenían cuadernos, estaban usando hojas que les quedaron de sus útiles del año pasado. Había quienes ni eso tenían y por eso no han venido a clases, pero ahora ya no hay excusa, vamos con todo este inicio de clases”, aseguró la maestra.

Al entregar los cuadernos las expresiones de alegría en el rostro de cada niño llenaba de razón el por qué EL HERALDO impulsa esta campaña desde hace 16 años.

“¡Me salió un cuaderno de carro, que súper!, expresó con sus ojos bien abiertos y una sonrisa de oreja a oreja el pequeño Jason Martínez.

Mientras que sus compañeritos también descubrían sus útiles obsequios.

Al finalizar la entrega, ya a punto de volver al camino, los niños salieron emocionados de su improvisada escuela para despedirnos con una sonrisa y una mirada agradecida, que nuestra memoria ni corazón podrán olvidar.

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¡Queremos una escuela!
Las ganas de superación de aquellos pequeñines tan cerca y a la vez tan lejos de la modernidad de la gran ciudad nos dejó inquietos.

Este rotativo ya se apuntó para ser el canal y hacer un llamado de atención a las autoridades del gobierno para que inviertan en la mejora del improvisado centro educativo.

En su oscuro interior, que se inunda cada invierno con las repentinas lluvias y por lo cual se deben suspender las clases, se forma niños que jamás renunciarán a su superación.

Una pizarra de formica llena de ejercicios, unas paredes tapizadas de mapas, tablas de multiplicar, imágenes del cuerpo humano y el infaltable ABC dan fe de ello.

Pese a que deben sentarse en troncos de madera y sus escritorios fueron fabricados con tablas carcomidas por la polilla, no hay pequeño que se aleje del pan del saber.

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Doble entrega
Soli-Diario
también llegó a la Escuela Proheco de Santa Rosita. En este lugar nos llevamos una agradable sorpresa, pues ahora los 80 estudiantes que hace dos años recibían clases casi en las mismas condiciones que los niños de El Zurzular, ahora tienen instalaciones dignas. Su lucha sigue por mejorar el sistema eléctrico.

En el centro educativo nos recibieron con abrazos y una alegría que solo un niño puede irradiar. “Muchas gracias por estos cuadernos y lápices, algunos alumnos ni siquiera un cuaderno tenían y ahora ya podemos iniciar bien nuestras clases”, dijo la profesora Lesli Reyes.

La campaña que aporta a la educación es el resultado de la solidaridad de empresas como Cuadernos Quick.