Tegucigalpa

Familia vive en mediana del bulevar del Norte

Son dos adultos y cuatro menores que están expuestos en la calle. Los infantes presentan enfermedades respiratorias

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13.11.2017

Comayagüela, Honduras
Dos pedazos de plástico negro, un cartón y un colchón son las pertenencias de una familia que vive en una mediana del bulevar del Norte.

En el improvisado refugio se han acomodado los seis integrantes, dos adultos y cuatro menores, cerca del mercado Zonal Belén, de Comayagüela.

Entre dos árboles sujetaron los retazos de bolsas de basura con un pedazo de cabuya para armar una especie de cueva donde se cubren del ardiente sol, pero no del frío de la noche.

La falta de un trabajo estable ha obligado a esta familia a construir lo que ellos llaman “chocita” con materiales reciclados que encontraron en la calle.

Fernando Meza, jefe de familia, expresó que durante muchos años han alquilado en cuarterías, pero que el llanto y los gritos de sus hijos desesperaba al resto de los inquilinos, y los propietarios optaron por desalojarlos.

A esto se suma que en los últimos meses les ha resultado imposible juntar la renta de un cuarto.

El pago del alquiler era de 70 lempiras al día, la mitad de lo que gana por vender pastillas, cepillos de dientes y otros artículos en las calles de Comayagüela.

“No me alcanza el dinero para el hospedaje y alimentar a mis hijos, si pagaba una cosa me quedaba sin la otra, ahora con esta chocita puedo economizar algo y darle los tres tiempos de alimentación”.

Keydi Alvarado es la esposa, quien junto a sus hijos Cristian, Heydi, Génesis y Wilson Meza, de uno, tres, seis y siete años, tratan de cobijarse bajo la carpa.

La exposición permanente al embate de la naturaleza, frío o calor, son solo parte del peligro, debido a que se encuentran al lado de una de las vías mas transitadas de la ciudad.

Es por eso que de manera permanente pasan las horas junto al ruido de los motores de toda clase de vehículos.

“Cuando llueve nos mojamos, todas las noches aguantamos frío, no tenemos dónde ir, mis hijos están enfermos”, agregó Meza con voz entrecortada. Una de sus hijas se abalanza en ese momento a sus brazos y de inmediato se le forma una sonrisa al progenitor.

Esta pequeña pausa en el diálogo y al observar el cariño de su niña le dio fuerzas para continuar el relato de la triste experiencia que vive.

“Al caer la noche yo me siento en una piedra en frente de ellos para cuidarlos, cuando se duermen de rodillas y con lágrimas le pido a Dios que a mi familia no le vaya a pasar nada malo”.

Solidaridad

El buen corazón de los capitalinos frente a la necesidad de este hogar se ha hecho presente.

Ropa, colchas y alimentos han recibido por parte de varias personas, en los últimos días, luego de que los conocieran.

Este fue el caso de Kevin Lanza, quien aseguró que luego de saber las condiciones en que están los niños les ha llevado alimentos y ropa.

“Los vi en las redes sociales y al saber que era cerca de mi casa decidí traer alimentos”, dijo Lanza. Encontrar una vivienda es urgente para esta familia.