La resistencia física es la encargada de desarrollar esa capacidad de aguante que naturalmente tiene nuestro cuerpo, pero que muchas veces se va perdiendo por no saber cultivarla. De nada le servirá ir al gimnasio todos los días y cargar grandes cantidades de peso si su desempeño cardiovascular es insuficiente y su capacidad aeróbica limitada.
Dicho esto, realizar ejercicios físicos que abarquen los grandes grupos musculares del cuerpo a una intensidad moderada y durante un periodo de tiempo prolongado es importante. Aquí algunas pautas que puede ir poniendo en práctica.
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Poco a poco
Lo primero es implementar un programa de acondicionamiento cardiovascular que incluya actividades aeróbicas capaces de elevar el ritmo cardíaco hasta un límite determinado por la edad y las condiciones físicas de cada persona, manteniéndolas constantes por periodos de 15 minutos por sesión. Hacerlo diariamente es la meta.Caminar rápido es uno de los ejercicios más sencillos para mejorar la resistencia. No implica mayor dificultad y es una forma óptima de estar activo. Con ello quizá no quemará tantas calorías como espere, pero no hay duda de que su salud mejorará. Asimismo, correr largas distancias a paso lento es otro gran aliciente.
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Ejercite su fuerza muscular con el trabajo de pesas, pensando en que una estructura fuerte favorece a la resistencia física. Hacer flexiones o sentadillas son actividades que forman parte del entrenamiento cardiovascular. El objetivo es ir aumentando el número de repeticiones, prestando atención a la técnica y la postura para evitar lesiones.
Por último, es sabido que la natación es uno de los deportes más completos, donde se queman muchas calorías y además se activan numerosos grupos musculares. Lo recomendable es nadar a intervalos de unos 100 metros, alternándose con períodos de descanso cortos.
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