Sucesos

Pandilla 18 sella de terror el aula 105 del Instituto Central, el último salón donde recibió clases Olman Adalid Castillo

En los pasillos que conducen a las aulas del emblemático Instituto Central Vicente Cáceres, sobresalen placazos del Barrio 18, una de las pandillas más sanguinarias y violentas de Honduras

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28.06.2017

Tegucigalpa, Honduras
Al observar las paredes, pizarrones y sillas ubicadas en el edificio H100 del Instituto Central Vicente Cáceres (ICVC) todo se vuelve tan incierto y tenebroso, como si más que un ambiente de un centro educativo, se tratara de una cárcel o un sitio donde acecha la maldad.

Tras la muerte de dos jóvenes estudiantes en menos de una semana, en EL HERALDO hicimos un recorrido por edificios y pasillos de esta institución... y lo que sobresale en muchos de ellos son diversos placazos alusivos al Barrio 18, una pandilla violenta y sanguinaria que se caracteriza por reclutar integrantes jóvenes.

El fenómeno de los grafitis no termina en las polvosas paredes. Al ingresar a las aulas 105 y 106, estas insignias son cada vez más evidentes. A lo largo y ancho de las viejas pizarras de tiza, un enorme 18 es el llamativo protagonista.

En las sillas también hay mensajes alusivos a la pandilla que utiliza el número 18 para delimitar su territorio.

Estos grafitis, que más que un arte muestran signos de un terrirorio que está siendo invadido por pandilleros, representan una clara contradicción con las declaraciones que brindó este miércoles el director de esa institución educativa, Alejandro McCarthey, quien aseguró que al interior del Central 'no hay problemas de maras'.

'Como en todo centro educativo tenemos problemas que respectan a la niñez, pero no de maras. Puede que haya simpatizantes, pero no los conocemos y no nos interesa', expresó a EL HERALDO.

+Director del Central sobre estudiante: 'Cuando iba caminando por el bulevar se detuvo un carro y lo subieron'

En las paredes de los pasillos que llevan al aula 105, también está estampado el número 18. Foto EL HERALDO

En las paredes de los pasillos que llevan al aula 105, también está estampado el número 18. Foto EL HERALDO


Aula 105, el salón de Olman Adalid Castillo
El terrible hallazgo del cadáver encostalado del alumno Olman Adalid Castillo, de 18 años de edad, generó conmoción y temor en los padres de familia que tienen a sus hijos cursando secundaria en el Instituto Central Vicente Cáceres. ¿Acaso sus vástagos corren peligro?

EL HERALDO se dio a la tarea de indagar en qué aula recibía clases el joven que forma parte de las horrorosas cifras: de 2014 a la fecha, seis alumnos de la institución han sido asesinados, dos en la última semana, incluido Olman.

Al ingresar al salón en donde Olman recibía el pan del saber, se constató que las paredes y pizarras están plagadas de símbolos alusivos a la pandilla 18. Se desconoce si hay injerencia de maras, pero se presume que sí hay simpatizantes.

Coincidentemente, según datos de cuerpos de inteligencia, el joven centralista residía en la colonia Divanna de Comayagüela, considerada como territorio dominado por la misma pandilla.

Hasta el momento las autoridades no han confirmado ni descartado si los pandilleros estarían detrás de su muerte.

Al lado izquierdo de la pizarra también figura el número 18. Foto EL HERALDO

Al lado izquierdo de la pizarra también figura el número 18. Foto EL HERALDO
Además: Así era Olman Adalid, el estudiante centralista que fue asesinado en Comayagüela

Las maras acechan a los alumnos
Autoridades del centro de estudios revelaron a EL HERALDO que supuestos delincuentes interceptan a los alumnos a quienes reclutan para la venta y distribución de drogas.

Muchas veces, los grupos delincuenciales detienen a los estudiantes en las afueras del instituto. Se colocan frente al portón principal en vehículos y sus conductores quieren llevárselos bajo amenazas.

El viernes anterior, tres estudiantes que cruzaban el puente peatonal fueron obligados a levantarse las camisas para conocer si portaban algún tatuaje.

En el interior del recinto educativo también se han reportado situaciones de peligro. Antisociales exigen bajo amenazas que estudiantes tomen fotografías a otros alumnos, con la intención de crear perfiles y posteriormente reclutarlos por la fuerza.

Actualmente más de 4,300 estudiantes asisten de manera presencial a clases, y los últimos hechos violentos los mantienen con pánico.

En la zona permanecen dos agentes de la Policía Nacional, pero para los educandos y padres de familia no es una medida que les genere tranquilidad.

Que la buena historia no muera
Por más de 100 años el Central ha educado a miles de jóvenes hondureños. Una formación académica de calidad que sin duda ha cambiado la vida de muchos, haciéndolos mejores profesionales y con mejores oportunidades.

Cada año, el sueño de muchos es lograr un cupo para poder formarse en ese centro educativo, situación que no debería cambiar. Al contrario, el Central debe seguir siendo la inspiración de muchos estudiantes con deseos de superación.

La comunidad centralista espera que a las autoridades no se les salga de las manos controlar a un pequeño grupo con intenciones de generar zozobra y que en vez de paredes con insignias criminales, se escriban libros con la historia de cientos de muchachos y muchachas que pasaron por esas aulas y marcaron la diferencia en Honduras.

Además, desean que no muera el lema que ha estado en el corazón de muchos y ha marcado historia: 'Ante un nuevo milenio, el despertar centralista'.