Tegucigalpa, Honduras
En las cárceles de Honduras la muerte camina impunemente. Basta con ver las cifras para corroborarlo.
Un estudio realizado por estudiantes de la primera generación del posgrado de Medicina Legal y Forense de Honduras revela la alta mortalidad a causa de homicidios que hay entre los privados de libertad.
La recopilación explica que de los 93 reos que murieron entre 2011 y 2015, el 60 por ciento de las muertes fueron homicidas. También destaca que el 40 por ciento se produjo con armas de fuego, la gran mayoría con fusiles de asalto.
Para el doctor José Díaz, autor de dicha investigación, lo más insólito es que “las muertes se produjeron utilizando un arma de fuego, cosas que no debería de existir en los centros penales e incluso esperaríamos que fueran armas de fabricación casera”.
Sin embargo, el exhaustivo análisis arroja que las armas empleadas para darle muerte a ese número de personas fueron de fabricación industrial y de uso comercial.
El objetivo de conocer las características de estas muertes es recomendar a las autoridades penitenciarias, para gestionar un desarme general y crear ambientes penitenciarios más seguros.
Muertes de mujeres
Otro análisis elaborado por los mismos estudiantes, pero vinculado a las muertes violentas de mujeres, devela que entre el 2010 y el 2015 murieron en la zona centro-sur-oriente, 809 mujeres y de este total, 120 de estos casos fueron investigados bajo la figura de femicidio. Asimismo, se incluyó en las tesis presentadas un estudio médico-legal de las exhumaciones practicadas en las mismas zonas del país.
El tiempo de estudio comprendió el espacio de tiempo entre 2004 y 2015, en el que se realizaron 720 exhumaciones, 46 de ellas en fosas clandestinas, de la cuales 32 eran hombres, 12 mujeres y dos indeterminadas