La corrupción en los órganos policiales habría alcanzado también el ente encargado de la formación de policías.
Un lote de armas asignado al Instituto Técnico Policial (ITP), 'Capitán General José Santos Guardiola' habría sido robado recientemente sin que hasta el momento se conozca de alguna investigación en marcha o deducción de responsabilidades. Los informes recibidos por EL HERALDO establecen que el robo se perpetró hace menos de un mes.
De las bodegas desaparecieron por lo menos 20 pistolas Pietro Beretta y 20 marca CZ. Estas armas, completamente nuevas, formaban parte del inventario bélico de esa dependencia ubicada en La Paz, La Paz.
Este armamento es usado para el adiestramiento de los futuros policías.
La Pietro Beretta es una pistola automática de fabricación italiana, mientras que la CZ es semiautomática, fabricada en República Checa.
Estas armas son de reglamento, es decir, las que se les asignan a los policías para uso oficial.
La sustracción de las armas se habría producido antes de que dejara el cargo, la semana pasada, el exdirector del ITP, el comisionado Julio Roberto Romero Canales, aunque debido al hermetismo de las autoridades policiales, la versión no pudo ser confirmada.
De confirmarse este extremo, de nuevo la Secretaría de Seguridad quedaría en evidencia como una de las instituciones más contaminadas por la corrupción y el crimen organizado. La Unidad de Investigación de EL HERALDO reveló este lunes también, en exclusiva, el robo en agosto pasado de 300 Fusiles Automáticos Ligeros (FAL) y 300 mil proyectiles de las instalaciones del escuadrón Cobras.
La Secretaría de Seguridad ha sido vacilante en la información, aunque algunas de sus autoridades sí han expresado que, en efecto las armas se perdieron y esto 'los llena de vergüenza'.
Este robo de fusiles FAL, que podrían estar en manos del crimen organizado, narcotraficantes, pandillas o grupos subversivos, se suma a otro que se registró en 2007 y en el que se desaparecieron al menos 185 armas de diferentes calibres.
Ha sido tal la negligencia en la Secretaría de Seguridad, que ni este robo de 2007 ha sido solucionado.
El propio vocero de Seguridad, Silvio Inestroza admitió en entrevista a canal 5 que ni siquiera hubo suspensión de personal y tampoco la investigación ha concluido. Respecto al nuevo robo de 300 fusiles FAL, se afirmó que se ha nombrado una comisión especial que indaga el hecho y que deberá tener su informe en los próximos días.
Con el robo de pistolas del ITP de La Paz, este sería el tercer robo de armas de destacamentos policiales, al menos, de los que se ha informado públicamente a través de la Unidad de Investigación de EL HERALDO.
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El robo de 2007
El armamento hurtado en 2007 consistió en 98 fusiles Pietro Beretta, 40 fusiles Galil, nueve fusiles M-16, cinco lanzagranadas-gas, 32 pistolas CZ, así como dos pistolas Pietro Beretta.
Este hecho se descubrió luego que en un operativo policial realizado en Valle de Tencoa, ubicado entre Pito Solo y Santa Bárbara, se detuvo a una persona en poder de un fusil Galil, calibre 5.56 mm, con nueve fusiles Pietro Beretta y una canana con mil proyectiles. Las investigaciones condujeron a una inspección en el escuadrón Cobras, en donde se comprobó que las armas encontradas eran parte de un lote de ese centro.
Poca vigilancia
Ahora, entonces, el nuevo turno le tocó al Instituto de Instrucción Policial, en donde un grupo de efectivos asignados a esa institución, en confabulación con una banda criminal habrían planeado y ejecutado el acto de pillaje.
Como en toda dependencia de Seguridad en donde hay armas, existe una persona encarcada directamente de la custodia de ese equipo, por lo que el oficial del ITP que tiene esa responsabilidad es uno de los primeros que debe dar cuenta de la pérdida de las 40 pistolas.
Paradójicamente, la falta de control interno en el ITP quedó al descubierto, pues es en ese centro de enseñanza en donde se instruyen los elementos policiales sobre mecanismos de vigilancia.
No hay registro
El nuevo director del ITP, subcomisiondo, José Amílcar Rosales, quien asumió el puesto hace tres días, aseguró que no tiene conocimiento de que se haya producido la sustracción de las armas. 'Eso lo desconozco, como le repito, en mi administración no ha habido ningún extravío', aseveró.
Al indicarle que las informaciones en poder de EL HERALDO señalan que el acto delictivo se habría registrado antes de que asumiera la dirección, también aclaró que tampoco tiene conocimiento que en gestiones anteriores se haya producido un robo de armas.
'Yo tengo pocos días de estar acá y que yo sepa mis antecesores no tienen antecedentes de corrupción', dijo.
Cuando llegó a la dirección del ITP recibió un inventario de los bienes que el anterior jefe de la entidad le entregó, explicó.
Rosales indicó que en unos 15 días habrá finalizado una revisión de los bienes que quedaron a su cargo y será después del registro que haga que podrá saber si hay alguna arma que haga falta.
' Que yo me dé cuenta no tengo reporte de que falte armamento o alguna cuestión de inventario', remarcó el oficial.
'Claro, recibimos inventario y no sabemos si en el transcurso que lo revisemos va a faltar algo', acotó Rosales. Por medidas de seguridad evitó decir qué cantidad de armas recibió, al igual que no autorizó que se hicieran fotografías del sitio en el que se guardan los pertrechos.
El Instituto Técnico Policial, anteriormente llamado Centro de Instrucción Policial (CIP) es la rama de la Secretaría de Seguridad que se encarga de formar policías de la escala básica.
Tiene capacidad para graduar a 1,200 policías, de los que 600 salen con ese título por cada promoción.
EL HERALDO se comunicó telefónicamente con el portavoz de la Secretaría de Seguridad, Silvio Inestroza, para consultarle si tenía conocimiento del robo, pero tenía su celular apagado.
Destino: las mafias
Según fuentes confiables, las armas extraviadas en los tres hurtos estarían en manos de grupos criminales.
El comandante del Xatruch II, Julio Eduardo Espinal, dijo que existe la posibilidad de que algunas armas que fueron de la Policía Nacional hayan sido vendidas a miembros de bandas que roban productos agrícolas en la zona del Bajo Aguán, Colón.
Armas livianas y de grueso calibre están en poder de estos asaltantes, según informes de Inteligencia de la Secretaría de Seguridad.
También existe la posibilidad de que bandas de narcotraficantes se hayan apoderado del arsenal que ha sido hurtado de la Policía.
Así, las armas que fueron adquiridas por el Estado para dar seguridad a la población estarían siendo utilizadas para actos de sicariato, secuestros, extorsiones (cobro de 'impuesto de guerra').
