Siempre

El artículo de Octavio Carvajal: ¡Traición familiar!

Al estilo de capos que pactan merma de penas con agentes antidrogas estadounidenses, así, a lo zorro, un pariente partió a “Mi Rosa”

15.09.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La condena de la ex primera dama Rosa Elena Bonilla surtió chorro de dudas en su esposo Porfirio Lobo Sosa, quien –atolondrado y arrecho- sigue acusando a JOH y a Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), de planear su cárcel con fines aviesos, sin decir, tal vez por mesura, que su pareja fue “vendida” por un familiar.

Si Lobo Sosa asegura que su exdelfín ideó un método con Almagro para encerrar a su “Rosa”, nada mal le haría saber que sus cálculos estarían un poco errados o, a su modo, secretos. Repite frases en medio del acoso de periodistas porque siempre le preguntan lo mismo. En su red social de Twitter, el expresidente también remarca sus alocuciones.

Lo que se sabe es que quien delató a Rosa Elena entregó hasta la última prueba a los fiscales. ¿Cuáles zapateros? La puñalada vino del rosal.

Chinche

“Con el linchamiento de mi querida Rosa, Luis Almagro tiene la presea que le prometió su socio y amigo Juan Orlando Hernández a cambio que le siga encubriendo sus varios actos de megacorrupción”, señaló en sus recientes tuits tras saber el veredicto que hundió a su señora Bonilla con casi 60 años de cárcel. ¿Quién dijo que JOH era el hombre?

No hay duda de que Lobo Sosa se la canta a su parto con su dicho: “Con la misma vara...”. El cautiverio de su par causó un tsunami en su prole, amistades y adeptos que hoy no pueden ver ni en pintura al indómito con quien el hombre de La Empalizada se mostró inseparable desde 2002. Un amor que murió entre uñas y mugre.

Por más de un año, la Ufecic y la Fiscalía lucieron sinfín de cargos contra Rosa Elena, su cuñado Mauricio Mora y su exconfidente, el noble Saúl Escobar. Pila de “pagos” por doquier para conocidos e ignotos en cuevas políticas y sociales. Raro que un banco no notó y ni siquiera indagó el ir y venir de papelitos con cifras colosales por “compra de zapatos” y otros “mimos para la niñez”.

Sucias

“Mi Rosa”, según su compañero, nunca robó nada. Es más, aclaró que muy piadosamente regresó más de cuatro millones de lempiras con todo e intereses al erario. En palabras claras, de lo que la acusan nunca fue fraude ni hurto, sino un plan de mentes perversas para hundirla en prisión por orden de JOH. Entonces, ¿el ladrón soy yo?

Suponemos que Lobo Sosa ignora que de varias personas muy vivas en su gestión, al menos una voló al otro mundo de por vida. Ya reposa espalda o se fue al panteón sola. Se desconoce si la remataron por cobrar una chorrera de pagos sacados del despacho de la ex primera dama. Medicina Forense jamás aclaró las causas de su muerte. ¡Pobre Julito!

Medias verdades y grandes mentiras en medio de un juicio que cerró con una dura pena de 58 años de cárcel para la clara Rosa Elena, casi 50 para Escobar y libertad final por “falta de méritos” para su cuñado Mauricio Mora. Durante mil pasos por la judicatura, solo una pariente apareció dos o tres veces husmeando a la esposa de Lobo Sosa. ¿Es ella?

Para Lobo, JOH es un corrupto. Olvida que él fue otro tétrico. Escupió y hundió a quien quiso. ¿Verdad, don Elías? Lo niegue o no, vivió ebrio en el trono. Reía de oreja a oreja abrazado por sucios hombres de negocios. Lo vitorearon bocas viperinas que hoy escuda. ¡Prohibido olvidar!