Siempre

La columna de Octavio Carvajal: ¡Sopa de pollos!

Por ahí anda una señorona que todos los días cacarea decoro y hace diez años cargó con bolsos repletos de dinero robado durante la caída del expresidente “Mel” Zelaya

14.04.2018

Llevamos siglos esperando que los corruptos (as) se pudran en la cárcel por sus impúdicos saqueos al erario y ahora que vemos la caída de unos cuantos (no tan gatos como se piensa) nos mostramos incrédulos, críticos sin sentido e ingratos al ver como la desnutrida justicia intenta fortalecerse y engrillarlos por chuparse el caldo de pollo de los enfermos.

La pérdida de valores es a todo nivel. Roban los de abajo, los de en medio y los de arriba. La “clase política” está en aprietos y ninguno de sus actores quiere aceptar sus frescuras. Deplorable que en las últimos cuarenta años hayan surgido políticos que, asaltando sin pena alguna, nos hablen de decencia y exijan respeto si presos se mirarían más bonitos.

Padres
Múltiples saqueos ejecutados por trajeados con sus esposas y sus amantes. Cuarta de bandidos persignándose en templos donde les apadrinan sus delitos mientras están en el poder. Nomás dejan la corona y los satanizan. “Los corruptos no merecen perdón de Dios… el dinero robado es dinero maldito” truena en iglesias de la hipocresía.

Basta ya de oír ese chorro de mentiras de boca de perfumados que toda una vida en el nombre del padre y del pisto nos han bolseado por todos lados. Cuantiosos asaltos por doquier y unos cuantos presos, mientras la mayoría está agazapada en madrigueras, tal vez en puestos públicos y cargos de elección popular. Unos son corruptos y otros capos.

Nos dicen que estamos en medio de una “crisis política” pero la verdad es una “crisis estomacal de unos cuantos políticos”. Hablándonos de morir por los haraposos –todos sin excepción- se han hecho ricos (hasta periodistas). Quienes no han desgobernado, hoy saltan eruditos en todas las materias. Arreglan la debacle en un santiamén. ¡Bandidos!

La corrupción no es exclusiva de aquí. Sus actores están en todos los credos. La extrema izquierda se sueña virgen en sus dictaduras. Con la ultraderecha roban todo a su paso en público y en privado. Al final, nadie es culpable y nos dejan pelados. Ahí andan unos que siguen felices después de atracar un banco oficial, llevarse el perdón de la deuda y el pisto de los pobres.

Política nacional

Para ciertos tontos, mencionar la palabra pollos es un delito, pero robarse la sopa de pollo de los enfermos –caso IHSS- es un acto inédito de gallardía. Nos agarran a pelotazos y luego ponen cara de yo no fui.

Tetas
Lo que sorbieron las tetas de la seguridad social andan pavoneándose porque sus tatas son de alcurnia. Aunque resulte increíble, son protegidos del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), los escoltan la Policía y el Ejército. Para colmo de males, son “testigos protegidos” que cubren las picardías de sus jefes.

Los que han permitido estos actos de pus curiosamente convergen como “facilitadores” y “mediadores” del “diálogo político” avalado por la Organización de Naciones Unidas ONU). Pura verborrea, de las más baratas que hemos visto en las últimas tres décadas. ¿Olvidaron los Acuerdos de Cartagena? Otro pajazo donde uno de sus líderes dejó incendiado y saqueado el país y, el otro, tirado de honesto, hoy está entre la espada y la pared, tras regir un gobierno repleto de corrupción y
de narcotráfico.

Unos que fueron directivos de la quebrada Corporación Nacional de Inversiones (Conadi) están de castos y en primera fila dirigiendo las pláticas de “alto nivel”. Son los mismos que casi todos los días parecen pinturas en el aeropuerto de Toncontín y en foros televisuales dando cátedra de cómo componer el desbarajuste que han parido. ¡Desvergonzados!

Pillos
Hay que tener cara dura para presumir decoro si desde los tiempos de la Conadi todos están hasta el mero gorro. ¿Mentimos? Creemos que bien les haría pedir perdón por sus pecados y no andar de santulones aprovechando que las nuevas generaciones desconocen sus oscuros pasados. ¿Tendrían valor de confesar sus graves faltas?

No son limpios, son impíos que cantan sus pecados en iglesias donde violan la palabra sacrosanta. Si tenemos corruptos es porque sus cómplices (sus vitales armas) atracan santificados por falsos cristianos que usan los púlpitos para tráfico de influencias. Ya dejen tanta paja. El perdón terrenal no está en sotanas. Esos coloquios son una sopa de embusteros que han robado desde pollos. ¡No se enojen queridos!