TEGUCIGALPA, HONDURAS.- -- Hace mucho tiempo vivió un hombre de mar, el Capitán Bravo. Era muy valiente y jamás mostró temor ante un enemigo. Una vez, navegando los siete mares, el vigía vio que se acercaba un barco pirata, y la tripulación del barco se volvió loca de terror.
El capitán Bravo gritó:
-¡Traigan mi camisa roja!
Y llevándola puesta instigó a sus hombres al ataque, y vencieron a los piratas.
Unos días más tarde, el vigía vio dos barcos piratas.
El capitán pidió nuevamente su camisa roja, y la victoria volvió a ser suya.
Esa noche, sus hombres le preguntaron por qué pedía la camisa roja antes de entrar en batalla, y el capitán contestó:
-Si soy herido en combate, la camisa roja no deja ver mi sangre, y mis soldados continúan peleando sin miedo.
Todos los hombres quedaron en silencio, maravillados por el coraje de su capitán.
Al amanecer del día siguiente, el vigía vio no uno, no dos, sino ¡diez barcos piratas que se acercaban! Toda la tripulación dirigió en silencio sus ojos al capitán, que con voz potente, sin demostrar miedo, gritó:
-Tráiganme mis pantalones marrones!
--- El sargento llevaba a la tropa a una marcha de kilómetros y kilómetros.
- ¡Uno dos, uno dos, uno dos!
Desde el fondo de la fila un soldado repetía:
- ¡Eso es, eso es, eso es!
- Pero ¿qué te pasa, soldado loco?, le dice un compañero, estamos hechos polvo y tú encima lo animas.
- ¡No, no!, si lo que digo es que eso es, eso es los que vamos a quedar a este paso: “uno o dos”.
--- Un hombre está haciendo el examen para entrar en la Marina:
-A ver, ¿cuántas anclas tiene un barco?
-Mmmmmm... pues tiene once, señor.
-¿Once? ¿Está usted seguro de eso?
-¡Por supuesto señor! Por eso siempre dicen “eleven anclas”.
--- Un día el capitán le dice al soldado:
- Le han mandado una carta en blanco, soldado.
El soldado responde:
- Es de mi mujer.
- ¿Cómo lo sabe usted?
- Porque se enfadó y no nos hablamos.
--- Plática entre amigos:
¿Tienes Facebook?
-Sí
-¿Twitter?
-Sí
-¿Página web?
- Claro
- ¿Instagram?
- Sí
- ¿Y vida?
- Sí, pero casi nunca la uso...
--- Hola, ¿tienen libros para el cansancio?
— Sí, pero están agotados.
--- Hola muñeca.
— Hola tobillo.
--- ¿Qué es un pelo en una cama?
— El bello durmiente.
--- Un amigo a otro:
— Ramón, si supieras que voy a morir mañana, ¿qué me dirías hoy?
— ¿Me prestas 10,000 lempiras, te los pago mañana?
--- Andresito, ¿qué planeta va después de Marte?
— Fácil, profe, Miércole.
