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¿De dónde surge la celebración de Halloween?

La iglesia trató de modificar la fiesta pagana para conmemorar el día de los santos difuntos. Con los años la celebración se ha ido degenerando

31.10.2018

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- ¿Una fiesta del demonio? ¿Una fiesta cristiana? El 31 de octubre, día de Halloween, siempre causa polémica por el verdadero origen de su celebración.

Esta fecha se remonta a los antiguos pueblos Celtas, quienes celebraban el festival Samhain que era conmemorar el final de la cosecha y el comienzo de un nuevo año que coincidía con el solsticio de otoño.

Esta comunidad creía que durante ese día los muertos regresaban a visitar el mundo de los mortales para visitarlos, por lo que les dejaban comida frente a la puerta como manera de ofrenda.

Asimismo, acostumbraban a dejar velas encendidas para 'guiar' a los espíritus hacia la luz.

Se dice que algunos sacerdotes de estos antiguos poblados adoraban a el 'señor de la muerte' a quien invocaban la última noche de octubre para consultarle sobre la salud, futuro, muerte y prosperidad.

Halloween ahora
Con la migración de los irlandeses católicos esta 'tradición' se llevó hacia los Estados Unidos, donde el pueblo anglosajón intervino y agregó su propio 'estilo'.

Antes de que las calabazas fueran tan populares en esta fecha, el pueblo Celta utilizaba nabos con un trozo de carbón encendido dentro para 'ayudar a los del más allá'.

Además, los estadounidenses optaron por añadirle terror, se introdujo al espantapájaros.

La fiesta de todos los santos
La tradición de los celtas cambió con el papa Gregorio IV (827 a 844), quien, para facilitar la conversión de los cristianos, combinó el Samhain y la convirtió en 'All Hallows Eve' (Fiesta de todos los santos) respetando siempre la importancia que se le daba a los difuntos.

Hace muchos años, la noche previa (31 de octubre) al Día de los Santos se realizaban oraciones en nombre de todas las almas.

Actualmente, para cualquier religión esta fecha no se debe celebrar si se busca ser fiel a los valores y mandamientos de Dios. Es decir, que este evento no tiene nada que ver con la verdadera celebración de los difuntos.