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Acá están los mejores chistes de esta semana

En un supermercado varios policías perseguían a un ladrón quien al final logró huir. El teniente preguntó a los agentes: -¿Cómo huyó? ¿No les dije que vigilaran todas las salidas? -Así lo hicimos, pero el pícaro se escabulló por una de las entradas.

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20.10.2017

El hombre llegaba todos los días borracho a su casa, y uno de aquellos días le dice la mujer:

-¡Borracho, sinvergüenza, que te gastas todo el dinero en vino!

Y le dice el borracho:

-¿Y vos que te creés, que el coñac me lo regalan? ¿O qué?

Era un borrachito que estaba en el suelo y cuando lo vio un policía quiso hacerle una broma y le dice el policía:

-¿Qué perdió, joven!, el borrachito le contesta:

-El equilibrio.

Está un boxeador en un bar y empieza a pedir muchas copas, se las bebe y le pregunta el camarero:

-Oye, ¿cuándo empiezas la pelea?

-Cuando te diga que no te voy a pagar.

La mujer le pregunta al marido.

-¿Qué hiciste anoche?

Y él responde:

-Bueno, me tomé un par de copas, vine a casa y me preparé un zumo de limón.

Y le dice la mujer:

- ¡Pues andá a la cocina y mirá qué has hecho con el canario!

En una sala un médico observa a cuatro internos que juegan a los naipes mientras otro está sentado sobre un armario. El médico los ve y les pregunta:

-Y aquel, ¿qué está haciendo?

-Es un loco. ¡Cree que es una lámpara!

-¿Ah, sí?, ¡Eh!, usted, ¡baje inmediatamente de allí!

-Pero, ¿qué esta haciendo?, dicen los otros enfermos, ¡No se da cuenta que sin luz no podemos jugar!

Dos ladrones se paran frente a la vitrina de una joyería y empiezan a contemplar un hermoso collar de diamantes.

Un ladrón le pregunta al otro:

-¿Cuánto crees que nos darían por esa joya?

El otro ladrón le responde:

-Pues, yo pienso de 5 a 8 años de cárcel.

El juez al acusado:

-¿Y cuando usted robaba, no se acordó de su esposa y de su hija?

-Sí, su señoría, pero no había nada para mujer.

En un supermercado varios policías perseguían a un ladrón quien al final logró huir. El teniente preguntó a los agentes:

-¿Cómo huyó? ¿No les dije que vigilaran todas las salidas?

-Así lo hicimos, pero el pícaro se escabulló por una de las entradas.

-¿En qué se parece un tren que viaja por el viejo oeste a una silla?

-Pues que el tren pasa por Kansas City, y la silla es por City Kansas.

Le dice un hombre a un borracho.

-¿Por qué siempre te veo medio borracho?

-Porque nunca tengo dinero para emborracharme del todo.

-¿En qué se parece un boxeador a un astrólogo?

-En que todo el tiempo miran estrellas.

Se encuentra el paciente tendido en la cama. Su médico, abogado, esposa y sus hijos están esperando el suspiro final cuando de repente el paciente se sienta, mira a su alrededor y dice:

-Asesinos, ladrones, malagradecidos, y se vuelve acostar.

El doctor, un poco confundido, dice:

-Yo creo que está mejorando.

-¿Por qué lo dice, doctor?, pregunta la esposa.

-Porque nos ha reconocido a todos.

El juez le dice a la abogada defensora:

-¿Cómo se declara su cliente?

-Es un inocente, señoría.

-Lo pilló la Policía con las manos en la masa. ¿Por qué es un inocente?

-Por ponerse en mis manos, señoría.

Va un abogado con su hijo a su hacienda ganadera. El hijo le pregunta al abogado:

-Papá, papá, todo lo que veo a mi alrededor es ganado.

-¡No, hijo, es robado!

En una cátedra de la carrera de Derecho le dice el profesor a los estudiantes:

-Hijos míos, recuerden que cuando sean abogados, los casos a veces se ganan y a veces se pierden, pero siempre se cobran.

Llega un alemán al infierno y va en busca del infierno de su país, lo encuentra y le pregunta a los de la fila:

-¿Aquí, qué te hacen?

-Pues aquí primero te acuestan encima de una cama de clavos, luego te sientas en una silla eléctrica y al último llega el diablo y te tortura por una hora.

El alemán, decepcionado, va y se forma en el infierno inglés y pregunta lo mismo, a lo que le responden describiendo los mismos castigos que el infierno alemán.

Entonces se percata de una fila interminable en uno de los infiernos, por lo que se acerca y pregunta:

-¿Qué infierno es este?

-Es el infierno mexicano

-¿Y por qué hay tantos formados aquí?

-Lo que pasa es que aquí los clavos se los robaron, nunca hay electricidad por falta de pago y pues el diablo llega, firma y se va.

Van en un barco un americano y un mexicano. De pronto el americano cae al agua y grita:

-¡Help! ¡Help!

Al ver al hombre en el agua y gritando, el mexicano le dice:

-¡Oye amigo, gel no tengo, pero champú sí tengo, si quieres te tiro el champú!