La Universidad Católica de Honduras (Unicah) anunció por medio de un comunicado que acudirá a las instancias legales para desvirtuar “las falsas imputaciones” publicadas de manera anónima hace unos días por un medio local.
“La Universidad Católica de Honduras, en vista del documento anónimo que ha sido dado a conocer por un medio de comunicación, se ve en la obligación de desvirtuar las falsas imputaciones de las cuales hemos sido objeto, y que acudiremos a las instancias jurisdiccionales competentes, para hacer uso de las acciones legales que en derecho corresponden”, detalla.
Previo a la advertencia, la institución aclara que “es un centro privado de Educación Superior, confesional, autónomo, que se rige por sus estatutos aprobados por el Consejo de Educación Superior en función de la Ley de Educación Superior, por la Ex Corde Ecclesiae, constitución apostólica de las Universidades Católicas del Mundo y por el derecho canónico de la Iglesia Católica, y sin fines de lucro, con patrimonio propio, que da fiel cumplimiento a la normativa que la rige, así como a sus reglamentos”.
Además, explican que realizan la reinversión social en la infraestructura física de 11 campus universitarios, dos hospitales, uno en Tegucigalpa y otro en San Pedro Sula. El comunicado detalla que solo la inversión inicial en ambos hospitales superará los 1,500 millones de lempiras.
Así también la institución indica que incentivan a los estudiantes de excelencia académica o de bajos recursos económicos con la entrega de becas o facilidades económicas en las que hasta el momento han hecho una inversión que asciende a mas de 600 millones de lempiras.
Aclaran que “Unicah en el ejercicio de su administración y por ende en el manejo de sus registros contables, se rige por los principios, normas y reglamentos sobre la materia, todo ello debidamente auditado y avalado por firmas auditoras”.
Arquidiócesis capitalina
De la misma manera, la Arquidiócesis de Tegucigalpa emitió un comunicado en el que rechazan “de manera contundente las calumnias y difamaciones difundidas en el libelo La Corrupción desde la Universidad Católica hasta el Arzobispado”.
Así también expresan que “las infamantes acusaciones de destitución del señor Cardenal son prueba de la ignorancia de los estatutos de dicha Conferencia Episcopal y las normas de la Iglesia”.
Aclaran también que el señor obispo auxiliar “tampoco ha sido destituido de algún cargo porque como puede observarse en el Comunicado de la Conferencia Episcopal, de junio pasado, sigue siendo miembro de los diferentes departamentos y comisiones que son distribuidos entre los obispos miembros”.
