Honduras

Control de temperatura, bandejas y otras medidas que no funcionan contra el covid-19

Toma de temperatura, bandejas anticovid y desinfección de zapatos son algunas medidas ineficaces para frenar la propagación del virus

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23.04.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La mayoría de las bandejas con cloro para desinfectar los zapatos al entrar a los negocios, centros comerciales y hogares están secas, ya que esta y otras medidas de bioseguridad no han servido de mucho para controlar el coronavirus.

Una vez que la pandemia comenzó a extenderse por el mundo desde diciembre de 2019 las entidades de salud comenzaron a recomendar ciertas medidas y prácticas para combatir al contagioso y letal enemigo invisible.

No obstante, con los meses, la misma Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llegado a la conclusión de que la limpieza de los zapatos, la toma de temperaturas, el uso de guantes y el uso de mascarilla al correr en espacios abiertos no son tan efectivas en el combate de la pandemia.

Por otro lado, el organismo de la salud sigue sosteniendo la importancia de la implementación de la higiene de manos, el uso de mascarilla, el distanciamiento y evitar las aglomeraciones para contrarrestar la pandemia.

Ya no funcionan

Para Efraín Bu Figueroa, médico con especialidad en infectología, las cosas van evolucionando. Cuando surgió la pandemia hace más de un año se establecieron ciertas medidas que no eran nuevas, se habían usado en pandemias antiguas, como la Gripe Española en 1918-1920, cuando se estableció la mascarilla y el distanciamiento físico.

Ahora con lo del covid-19 se le agregaron nuevas medidas como la higiene de las manos no solo con agua y jabón como se hacía antiguamente, sino que se adoptó la determinación de andar con un frasco de gel alcoholizado para desinfectar las manos por si toca un lugar que podría estar contaminado.

Luego, se trató de detectar casos tempranamente mediante la lectura de la temperatura corporal porque uno de los síntomas más frecuentes de esta infección covid-19 era la fiebre.

Sin embargo, en la medida que se fue conociendo más sobre cómo evolucionaba la enfermedad se vio que solo un 48% de los pacientes infectados con el coronavirus tenían temperatura alta; había un número mayor que no presentaba ese síntoma, sino que tenían otras manifestaciones.

Para el médico, a medida que se ha ido avanzando en el tiempo y que se ha conocido más de la enfermedad se tiene que ir ajustando las medidas, algunas incluso descartándose porque ahora ya hay mayor conocimiento de la enfermedad y tenemos métodos diagnósticos más precisos en la parte clínica.

“Pero todavía se debe mantener el uso obligatorio de la mascarilla y el distanciamiento. Aunque de alguna manera podría servir, probablemente la toma de temperatura no sea ya tan exigible como hace un año.

Además, lo que se anda buscando ahorita es prevenir y una persona que se le toma la temperatura y tiene fiebre ya está enferma la persona, lo único que le puede decir es que ya no puede entrar porque tiene temperatura vaya al médico, explicó Bu Figueroa.

Foto: El Heraldo

Las bandejas con cloro para desinfectar zapatos son poco útiles debido a la forma de transmisión del virus. Foto: Emilio Flores / EL HERALDO.

Control de la población

Honduras actualmente vive momentos muy críticos, la práctica de las medidas ineficaces y eficaces contra el virus ya casi se perdieron, la vacunación es extremadamente lenta, la población ha entrado en una fase de relajamiento, mientras que por otro lado vive la amenaza de variantes del covid-19 más agresivas, como las cepas; británica, surafricana y brasileña.

Frente a tal realidad, recomendó al gobierno restringir el movimiento de las personas como en un momento se hizo el año pasado.

“Tal vez no en un nivel de toque de queda, pero si de acuerdo con los números de la tarjeta de identidad. Esto es razonable porque los países que tienen la mayor tasa de vacunación en el mundo, como Chile, están totalmente cerrado a los visitantes extranjeros porque tienen un repunte extraordinario de casos”.

Honduras debería seguir el ejemplo para evitar que estas nuevas cepas aceleren más la curva de casos. En el país los casos han aumentado enormemente en las últimas semanas y meses y se necesitan estrictas acciones restrictivas de lo contrario los hospitales públicos y privados colapsarán como ya se está viendo.

“Ahorita también estamos teniendo escasez de los medicamentos para atender estos casos”, recordó.

Sobre la eficacia de las medidas de bioseguridad, el infectólogo es del criterio que las autoridades de salud perdieron el control de la pandemia desde el momento en que se tiene una curva de casos que no ha dejado de crecer.

Es la misma desde el inicio. Ha ido creciendo progresivamente con aceleramientos y breves desaceleramientos, pero la curva siempre ha estado ahí, lo que significa que las medidas de salud pública que se han pretendido establecer no han funcionado todo lo que hubiéramos deseado para controlar y aplanarla.

“El control de la pandemia en Honduras hace tiempos se perdió, debido a muchos factores, ahora estamos en una situación bastante anárquica”.

Entre los factores mencionó que desde el principio no se tuvo la capacidad diagnóstica para identificar los casos y darles seguimiento, también se tomó la desafortunada medida de prohibirle a los laboratorios privados que realizaran exámenes de diagnóstico y cuando se autorizó entonces el número de casos de enfermos aumentó porque se detectaban más, luego hubo una gran falla en la obtención de los hospitales orientados al covid-19 que en otros países los abrieron en menos de mes y medio.

A eso se suma la falta de liderazgo en el manejo de la crisis. El liderazgo de una pandemia debe estar en manos de gente experta en pandemia o epidemias y en el conocimiento de las enfermedades infecciosas.

“En nuestro caso no hubo ningún liderazgo ni de expertos en epidemiología, ni expertos en infectología, ni en expertos en cuidados intensivos. Nunca existió ese liderazgo, entonces obviamente no tienen la concepción de cómo enfrentar en un equipo -científico y administrativo- que se concatene adecuadamente para poder hacerle frente a la pandemia como se ha visto en otros países”.

También ha habido injerencia política que ha incidido en que la pandemia no sea adecuadamente controlada. Se ha politizado el tema.

Otro aspecto importante es que no se hizo la aproximación oportuna para obtener la vacuna por eso Honduras es uno de los países más atrasados en el mundo, eso se debió haber arreglado desde agosto del año pasado como hicieron países vecinos, eso ha incidido y va a seguir incidiendo durante todo el año porque no hemos podido superar esa negligencia.

Por otro lado, está responsabilidad social: la sociedad, como individuos, como ciudadanos en adherirnos a las medidas, donde también me parece que ha habido demasiado relajamiento y lo hemos visto en el feriado de Semana Santa, cuando salió a los lugares donde se sabía que había alto riesgo de transmisión y también vemos en el día a día que las personas no están usando de manera correcta la mascarilla, no hacen caso a las medidas más eficaces para evitar contagiarse, enfatizó Bu Figueora.

Un poco menos de la mitad de los pacientes con covid-19 reporta fiebre como síntoma. Foto: Emilio Flores / EL HERALDO.

Impacto

El fracaso en el manejo y control de la crisis sanitaria y la conducta de la ciudadanía al no seguir las medidas de bioseguridad deja un impacto de 203,359 casos de contagios y 4,981 muertos. Estas cifras, hasta la noche del miércoles, sin embargo podrían ser superiores debido al subregistro que existe.

El 2020 fue un año difícil, dijo el médico y epidemiólogo Manuel Sierra. Se aprendió mucho sobre el comportamiento de la pandemia. En un principio se establecieron ciertas medidas, pero los estudios demostraron que la transmisión por contacto es bajísima, entonces “todo aquel esfuerzo que se hacía al inicio ahora ya no tiene sentido”.

Recordó como en el país a las personas la obligaban a desinfectar el calzado, incluso se les rociaba químicos en la entrada de mercados cómo el Mayoreo, pero adentro había unos tres mil compradores, ahora “eso no sirve para nada”.

Lo correcto es mantener el lavado o desinfección constante de manos, el distanciamiento físico, evitar las aglomeraciones y el uso de mascarilla, recalcó el epidemiólogo.

“Lo más importante es esa combinación donde usted guarde la distancia con las personas, que use la mascarilla, que se cubra la boca con el codo al toser o estornudar; ese tipo de medidas son la que tienen mayor peso en el control de la pandemia”.

Sobre la toma de la temperatura poniéndole un aparato en la frente o en el brazo, desde un inicio estaba bien claro que no iba a servir de mucho, ya que el 80 por ciento de las infecciones son asintomáticas o preasintomáticas, manifestó.

Además, prosiguió, si usted se siente enfermo y tiene temperatura no va andar en la calle, aunque hay “cierta gente necia”. Otra medida infuncional era el uso de guantes. Hay medidas que irán cambiando cuando más se conozca del virus.

Si las acciones que hoy son ineficaces no se cumplían, ¿cómo se puede esperar que la población siga las medidas de bioseguridad eficaces, solo mire como viaja la gente en los buses y en los taxis, observe la aglomeración en los mercados, en los centros comerciales?, cuestionó.

“Si bien, muchas cosas sobre cómo protegerse del virus se asimilaron en el camino, existen otras en el manejo de la pandemia que nunca se aprendieron, por eso la crisis se les ha ido de las manos al gobierno y a las autoridades sanitarias”.

“Cuando usted me pregunta sobre el manejo de la pandemia mejor guardemos un minuto de silencio por las autoridades de nuestro país”, criticó.

“Tantos desaciertos que se han tenido, compras dolosas que se han hecho, pruebas PCR que se echaron a perder, que desastre, y ahora con las vacunas”.

Sierra lamentó que la vida de los hondureños y hondureñas no sea una prioridad, a tal extremo que prefirieron gastar 1,100 millones de lempiras en unas elecciones internas en vez de comprar inoculantes contra el covid-19.

“Lo más doloroso es que como pueblo hondureño somos un atajo de borregos castrados, cada quien manejando sus intereses personales”, lamentó el epidemiólogo con un tono lleno de impotencia.

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