Honduras

Aborto en Honduras, entre el castigo con cárcel y el dilema ético

En Honduras es especialmente polémico el tema porque forma parte de la lista de países en donde el aborto está totalmente penalizado sin excepciones. Ni por violación ni por riesgo de muerte de la mujer

06.01.2021

Tegucigalpa, Honduras. Una niña de 14 años de edad ingresa junto a su madre al área de emergencia del Hospital Escuela, su estado es crítico y al momento de ser atendida ella baja su cabeza y confiesa que se practicó un aborto clandestino.

Mientras el médico entrevistaba a la paciente como protocolo, ella iba contando cómo pasaron los hechos. El galeno ponía atención a cada detalle y en su mente se iba formando un dilema: ¿dar o no aviso a las autoridades para judicializar a una niña?

“Por ley nosotros pudimos haber hecho algo, pero... meter a problemas a una niña de 14 años o a su familia, son personas de bajos recursos. Realmente no amerita”, expresó el joven médico, quien mantuvo su nombre bajo anonimato para este reportaje.

Así como este, existen muchos casos de mujeres que llegan a los hospitales con infecciones u otras complicaciones debido a un mal procedimiento.

Que este caso ocurriera en Honduras es especialmente polémico y sensible porque forma parte de la lista de países en donde el aborto está totalmente penalizado sin excepciones.

Es prohibido aunque el embarazo sea producto de una violación, la vida de la mujer esté en peligro o que sea imposible que el bebé una vez nacido pueda vivir.

A lo anterior se le denomina las tres causales, exepciones por las cuales algunos países permiten practicar un aborto.

Aborto penalizado en Honduras

La Constitución de la República menciona en el artículo 126: “El aborto es la muerte de un ser humano en cualquier momento del embarazo o durante el parto”.

La pena va de seis a ocho años de reclusión, además, se aplica una multa que va desde los quince mil (L 15,000) a treinta mil lempiras (L 30,000), a los profesionales de la salud que bajo cualquier instancia participen en el aborto.

Este tipo de sanciones despierta fuertes debates en Honduras debido a casos delicados donde el embarazo es producto de una violación, entre ellos el de una niña de 13 años, originaria de la Aldea El Calán de Villanueva, al norte de Honduras.

La menor fue ingresada al Mario Catarino Rivas, después de un dolor de vientre y sangrado producto del aborto. Estando allí, la menor confesó que fue violada por dos sujetos mientras iba a comprar a una pulpería, además, la niña tuvo que estar detenida en un Centro de Protección mientras el juzgado decidía si se iba o no a su hogar.

La coordinadora del Centro de Derecho de Mujeres (CDM), Regina Fonseca, comenta que en la mayoría de los casos, las mujeres judicializadas por abortos son denunciadas en los centros hospitalarios públicos, pero en ciertos casos hasta se desconoce si fue inducido.

“En los hospitales públicos hay una fuerte carga de estigma de mujeres que llegan con una emergencia obstétrica o un aborto en curso. Ellos no saben si es inducido o espontáneo y dan por hecho que es inducido, en muchas ocasiones no tienen pruebas de ello”, detalló.

Además, Fonseca también señala que si se hace una revisión en los registros médicos, se muestra que el aborto es el segundo ingreso hospitalario de las mujeres.

Lea además: Entre llantos y gritos, Argentina reacciona ante la legalización del aborto

¿La penalización absoluta disminuye los abortos?

Los hechos sociales emergentes en otros países suelen ser detonantes para empezar a considerar ideas o propuestas de leyes.

Argentina despenalizó el aborto a finales de 2020 en una histórica votación y poco tardó en reaccionar el mandatario mexicano Manuel López Obrador al mencionar que existen vías para despenalizar el aborto por cualquier vía en esa nación, donde solo en Ciudad de México y Oaxaca se puede practicar a petición de la mujer.

La última vez que se intentó discutir en Honduras el tema fue en 2017 durante la aprobación del nuevo Código Penal, pero finalmente la mayoría de diputados optó por mantener la prohibición total del aborto y la pena con cárcel.

Así como en otros países, los opositores de la decisión en Honduras se encuentran generalmente en los grupos religiosos.

Según Alberto Solórzano, expresidente de la Confraternidad Evangélica de Honduras, en ningún país se ha podido demostrar que legalizar el aborto es señal de avance o progreso; lejos de ello, lo ve como un deterioro moral y espiritual.

“El país requiere un plan donde los diferentes sectores hagamos un esfuerzo conjunto para prevenir, educar y orientar. La respuesta no es el aborto, al contrario, este paso una vez dado, viene a sumar fuertes sentimientos de culpa y afección emocional en quien se lo practica”, detalló.

La opinión de Solórzano es compartida por representantes de la iglesia Católica y movimientos provida.

A favor del aborto están las corrientes feministas y los promotores de los derechos reproductivos de la mujer. En este bando también se aboga por una educación sexual integral.

La feminista y defensora de derechos humanos, Ana Lucía Armijo, menciona que para eliminar el embarazo en adolescentes, se tiene que eliminar en primera instancia la violencia sexual y la ignorancia en tema de sexualidad.

“Hemos luchado desde el inicio del movimiento por una educación sexual integral, aplicarla en todas las escuelas y colegios y para esto hay que capacitar personal docente y a sus padres”, expresó, Armijo.

Solórzano sostiene que no se opone a la educación sexual. pero sí a la libertad sexual.

“Invocando la necesidad de educación en este aspecto se inserten conceptos que estimulan la liberalidad y relativismo sexual, es cuando el sexo se practica sin parámetros que se dan en los excesos que terminan en embarazos no deseados”, mencionó.

Por otra parte, la coordinadora del Centro de Derechos de Mujeres considera que la penalización absoluta no evita que haya menos abortos, pero sí aumenta la clandestinidad (es decir, se continúa la práctica, pero en condiciones fuera de la lupa de las autoridades).

“La penalización no hace que las mujeres que hayan decidido interrumpir su embarazo dejen de hacerlo y en su búsqueda de salida, las únicas respuestas para ellas son clandestinas”, destacó.

Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 73.3 millones de abortos se practican a nivel mundial en condiciones de inseguridad o clandestinas, además por cada 1,000 mujeres entre 15 y 49 años existen un aproximado de 39 abortos provocados.

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