Honduras

Menores infractores pasarán a 'El Pocito', nuevo centro de máxima seguridad

“El Pocito”, ubicado en Jalteva, Cedros, Francisco Morazán, tiene la misma estructura y diseño que las cárceles de máxima seguridad. Aquí será imposible que haya fuga de menores como ahora

29.09.2020

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El último enfrentamiento entre los menores infractores retenidos en los centros pedagógicos terminó con cuatro muchachos ingresados en la emergencia del Hospital Escuela.

Las consecuencias de los frecuentes ataques son mortales, la rivalidad entre grupos de maras y pandillas es extrema. Muchas reyertas han terminado en tragedias porque nadie puede hacer nada ya que las condiciones de los centros actuales no lo permiten.

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Pero este antiguo problema está a pocos meses de terminar, debido a que está por culminar “El Pocito”, un centro de máxima seguridad con igual o mejores estructuras que las cárceles de máxima seguridad denominadas “los pozos”.

El diseño de los módulos es prácticamente el mismo al de las cárceles de máxima seguridad, lo único que va a cambiar es el sistema operativo o administrativo porque los jóvenes tendrán que someterse a una formación pedagógica.

Los menores tendrán menos privilegios que los que tienen ahora en los centros Renaciendo y de los “Cobras”, ya que la estructura no les dará muchas libertades y permanecerán ocupados. Fotos: Johny Magallanes/ EL HERALDO.

Un equipo de EL HERALDO en exclusiva entró por primera vez al centro que se comenzó a construir desde el 2017 y debido a la falta de recursos se paralizó varios años y ahora por la pandemia de covid-19 se espera que esté listo en abril del 2021.

“El Pocito” se ubica en Jalteva, Cedros, Francisco Morazán, a 70 kilómetros de Tegucigalpa.

Las 11 manzanas del área de construcción están cerradas con un cerco de láminas de zinc donde solo entra personal autorizado. Bajo un inclemente sol el guardia de seguridad tomó los datos, hizo el proceso de desinfección y abrió los portones de la muralla de concreto, donde los privilegios de los que gozan ahora los menores infractores de máxima peligrosidad serán reducidos.

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Antes de poder ingresar al lugar le practicaron una prueba rápida de covid-19 al equipo periodístico, una vez que se comprobó que todo estaba bien, con arquitectos, ingenieros y personal de seguridad operacional se realizó un rápido recorrido.

Basta dar unos pocos pasos para darse cuenta de que el lugar es completamente diferente a los que se tienen hoy en día.

Aquí no habrá contacto directo con la libertad, todo el pabellón donde estarán los jóvenes tendrá un muro de más de siete metros de alto, no tendrán radios ni televisores en las habitaciones, es decir, también se les acabarán los privilegios y deberán pasar a algún proceso de formación.

Modelo

El proyecto es ejecutado por la empresa Evaluación, Desarrollo, Gestión (EDGE), quienes antes de arrancar con la obra visitaron centros de internamiento de Colombia, México y Estados Unidos para adaptarla a Honduras.

El proyecto tiene un costo de 270 millones de lempiras en su primera etapa, ya que está diseñado para ejecutarlo en tres fases para aprovechar los recursos que ofrece la zona y así rehabilitar a los menores.

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Los fondos para la construcción de este centro fueron dados por la Tasa de Seguridad Poblacional, mejor conocida como “El Tasón”, como parte de los programas de prevención.

El arquitecto Ramón Padilla, quien está a cargo de la obra, aseguró a EL HERALDO que “este es un centro pedagógico desarrollado para máxima seguridad”.

El centro tiene capacidad para 312 menores en el pabellón de dormitorios, los que estarán segregados por edades, pandillas o por los niveles de peligrosidad de cada uno.

Para hacer esa separación el diseño contempló ocho módulos independientes dentro de las mismas instalaciones, para evitar enfrentamientos entre los distintos grupos rivales.

En la mayoría de países los centros solo se dividen por edades, pero en Honduras es diferente, no basta hacer esa segregación, pues aquí se incluye a las maras y pandillas, que al momento se enfrentarse lo hacen con altos niveles de violencia.

Por eso la infraestructura se hizo tomando en cuenta dos niveles, los de máxima y mediana atención.

El área de máxima atención está compuesta de 72 habitaciones en cuatro módulos, aquí solo pueden haber dos jóvenes por cuarto, está habilitada con camas de concreto, una ducha, el servicio con el lavamanos y un espejo que resiste el vandalismo.

También se les fabricó una mesa de concreto y asiento del mismo material para que los muchachos hagan sus tareas o puedan leer.

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Los módulos de mediana atención son más amplios, hay un sector de 28 habitaciones para ocho camas cada una donde se albergará a 224 menores y hay otro módulo con cuatro habitaciones con capacidad para cuatro jóvenes cada una, es decir, 16 en total.

Estos dormitorios también tienen camas de concreto, la ducha, los servicios y la mesa y silla de concreto para que puedan realizar las tareas que les asignen.

Cada uno de los módulos tiene un amplia área interior de esparcimiento que podrá funcionar como comedor, para realizar actividades prácticas y además cada pabellón tiene una cancha multiusos para desarrollar deportes.

Para la atención pedagógica hay un aula tecnológica y otras aulas para talleres donde se mantendrán ocupados los muchachos.

Aquí serán traslados los menores que se encuentran en Renaciendo de Támara y en el Comando de Operaciones Especiales “Cobras” de la 21 de Octubre, quienes son los que más conflictos registran.

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Según el Instituto Nacional para la Atención a los Menores Infractores (INAMI), actualmente la población de menores infractores es de 302 a nivel nacional, debido a que a muchos los han puesto en libertad por la pandemia de covid-19. La estructura está diseñada para que los empleados generales y personal administrativo no tengan contacto con los menores infractores, solo quienes estén autorizado podrán llegar hasta los dormitorios y aulas de capacitación. El centro tendrá su clínica general y otra para odontología, farmacia, peluquería y un centro de registro donde se llevarán los expedientes de cada uno de los muchachos.

Según la empresa constructora van a buen ritmo de trabajo y se está cumpliendo con el diseño y la estructura que acordaron con las autoridades nacionales y extranjeras al prepararlo. Fotos: Johny Magallanes/ EL HERALDO.