TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Pendiente del celular de su madre, Henry Alvarenga, de 12 años, permanece atento a las asignaciones que recibe.
El pequeño está en séptimo curso en la jornada nocturna del Instituto España Jesús Milla Selva (JMS).
Antes recorría más de tres kilómetros a pie para recibir clases, ahora permanece en su modesta habitación mientras su madre trabaja en una maquila.
Aspira convertirse en biólogo y con esmero realiza sus deberes y los envía cuando “el saldo” para internet le alcanza.
El estudiante es uno de los 4,528 educandos de esa jornada en el 2020. La cifra, según datos de la Departamental de Educación, refleja una disminución de un 13 por ciento de estudiantes (733 menos), en comparación a los 5,261 matriculados en el 2019.
Para este año, 340 estudiantes se matricularon en nivel básico y 4,188 en educación media en el Distrito Central.
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Nueva modalidad
Carlos Rápalo, encargado de la jornada nocturna del JMS, detalla que para mantener viva la ya agónica modalidad se creó un grupo de WhatsApp para cada sección, en los chats participan maestros y orientadores.
Asimismo, el instituto tiene una plataforma virtual donde los estudiantes pueden ingresar para extraer temas. Pese al esfuerzo, la participación apenas supera el 60 por ciento.
Para afrontar el nuevo reto, el centro educativo capacita a los docentes con un Taller de Diseño de Aulas Virtuales.
Al igual que la jornada matutina y vespertina, los estudiantes de la noche tienen que someterse al nuevo plan de evaluación virtual implementado por la Secretaría de Educación con la llegada de la pandemia.
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Es decir, quien no tiene acceso a internet tiene mayores dificultades para recibir clases y mandar sus asignaciones.
Pese a la dificultad extra por la pandemia, el relato de docentes y alumnos denota que —por los momentos— la extinción de la jornada se descarta.
Sobre el tema, Edwin Hernández, presidente del Colpedagogosh, señala que la jornada nocturna es la “más abandonada por el gobierno”, asimismo destaca que los maestros “aunque les deban su salario”, hacen todo lo que está a su alcance y no frenan las enseñanzas.
Sin embargo, para alcanzar conectividad, necesaria para todas las jornadas, es vital que el Estado reoriente el presupuesto para Educación y así dotar de tecnología y todo tipo de materiales a estudiantes y docentes en la “nueva normalidad”.
“Es importante hacer notar como pedagogos que el actual ministro es el más ineficiente de los últimos años”, cuestionó.
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