TEGUCIGALPA, HONDURAS.-Amor y pasión son dos sentimientos que sirven como inspiración y elementos diferenciadores de cada producto que elabora de forma artesanal una abnegada madre junto a sus hijas.
Ellas se convirtieron en el motivo para salir adelante sin depender de otro, en la ayuda idónea y ahora son artífices del éxito de una empresa familiar que hoy en día goza del reconocimiento local e internacional.
La perseverancia, optimismo y el ¡sí se puede! han hecho de Me Late Chocolate una marca que fabrica derivados personalizados del cacao hondureño en varias ciudades del país bajo la visión y dirección de Sara álvarez Coloma.
La emprendedora de la industria del chocolate le abrió las puertas de su hogar a EL HERALDO en Danlí, El Paraíso, donde afirmó que “en cada chocolate que fabricamos es una historia, van llenos de ingredientes extranaturales que son el amor, la pasión y eso es lo que nos hace diferentes a los demás”.
“A mucha honra soy madre soltera, me ha tocado sola la responsabilidad de mis hijas y como pilar de mi casa tenía que buscar salir adelante con mis hijas”, relató mientras mostraba la peculiar manera de preparar sus chocolates, que han ganado tres premios del exterior.
La falta de una oportunidad laboral, pero sobre todo el deseo de ser una mejor mujer y ejemplo para sus hijas Norma Liliana y Sara Polete impulsó a doña Sara a perseguir su sueño, fundando así en el 2015 su propio negocio de venta de ese alimento popular tanto dentro como fuera de las fronteras patrias. “Iniciamos bajo la premisa de prueba y error porque jamás en mi vida yo había hecho un chocolate”, expresó Álvarez Coloma.
Reconoció que al dar sus pininos hizo 63 chocolates que los colocó en una mesa, pero con el paso de las semanas no lograba vender ninguno.
Tal situación no desanimó a la emprendedora, que en lugar de darse por vencida siguió esmerándose, tocando puertas de uno y otro lado.
¡Sí se puede!
La administradora de Me Late Chocolate enfatizó que “¡sí se puede! No necesitamos de un hombre para salir adelante y nadie sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta”.
En la actualidad, su empresa tiene 38 puntos de venta en las principales ciudades del país.
“Lo mejor es poder enseñar a nuestros hijos la manera de trabajar y qué mejor que se involucren desde pequeños para que puedan continuar con un legado del que día con día me levanto a trabajar”, indicó la mujer de negocios.
El ejemplo de doña Sara impulsó a su hija Norma a crear su propia empresa personal denominada Me Late Cigars.
La joven comentó que “mi mamá ha sido el pilar más importante para poder tener mi propia empresa a mis 23 años; me dedico a exportar puros, tabaco a Canadá, Estados Unidos, Guatemala, El Salvador, México y Rusia”.
La representante de Honduras en Costa Rica en este rubro no dudó en confiar, sobre todo apoyar a su vástago para lograr su aspiración, que pensaba materializar al egresar de la universidad, sin embargo lo pudo hacer mucho antes, destacó. “Los límites están en la mente; ahora motivo a muchas personas a decirles que si yo puedo, ellas también pueden”, reiteró.
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