Honduras

Masivo ingreso a Honduras de nicaragüenses y venezolanos

El Instituto Nacional de Migración (INM) revela en un informe al que tuvo acceso EL HERALDO que de 2015 a agosto de 2018 ingresaron a Honduras 782,892 nicaragüenses y 16,459 venezolanos

22.04.2019

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Cerca de 800 mil nicaragüenses y 17 mil venezolanos ingresaron a Honduras en los últimos cuatro años, en un “anormal” flujo migratorio en el que, posteriormente, miles no registran una salida del país, por lo que se colige que permanecen en territorio nacional.

Las condiciones políticas que se viven en estas naciones han hecho que sus ciudadanos vean en Honduras un tanque de oxígeno para su situación. Prueba de ello son las cifras de ingresos recopiladas por el Instituto Nacional de Migración (INM), a las que EL HERALDO tuvo acceso.

Paradójicamente, ambos países mantienen restricciones para el ingreso de hondureños a sus territorios, sin embargo, Honduras solo aplicó el principio de reciprocidad a los venezolanos.

Situación nicaragüense
La crisis política en Nicaragua ha explotado en el último año en masivas protestas callejeras en contra del gobierno de Daniel Ortega. El INM mostró que en un período de 2015 hasta agosto de 2018 entraron al territorio hondureño 782,892 nicaragüenses de manera legal, pero de ellos, un total de 65,226 nunca registraron una salida del país.

“Durante los años 2015 a (agosto) 2018 se logró observar un flujo anormal comparando entradas y salidas de ciudadanos nicaragüenses, siendo esta una diferencia en el 2015 de 34,683; 2016 de 16,755; 2017 de 8,384; y 5,404 en lo que va de 2018, haciendo un total de 65,226 ciudadanos nicaragüenses que no registraron salida del territorio hondureño”, detalló el informe.

De 2015 al 2018

se observó un flujo anormal de entradas y salidas de nicaragüenses a Honduras.

El ingreso de nicaragüenses se comenzó a elevar en 2017 cuando aumentó en un 20 por ciento, en comparación con 2016.

Pero el documento indica que el mayor repunte se dio en 2018, pues hasta agosto de ese año se calculaba un cierre proyectado de ingresos al país con una alza del 83 por ciento, comparado con 2017. El documento no detalla las cifras específicas con las que se hizo esa proyección.

“La mayoría de ciudadanos nicaragüenses que han ingresado a Honduras son de género masculino, el cual representa el 67 por ciento y 33 por ciento de género femenino”, dice el informe del INM.

El documento especifica que en 2015 entraron a Honduras 218,984 nicaragüenses y salieron 184,301 en total, dejando 34,683 personas sin registrar una salida.

En 2016 entraron 174,413 nicaragüenses y salieron 157,658 personas, por lo que 16,755 no reportaron una salida legal.

Al año siguiente, es decir 2017, el informe al que tuvo acceso EL HERALDO indica que entraron a Honduras 215,439 nicaragüenses y abandonaron el territorio legalmente 207,055 ciudadanos, quedándose, presuntamente, como migrantes 8,384 personas.

Hasta agosto del año pasado habían llegado a suelo catracho 179,056 nicaragüenses, pero salieron 173,652 personas; un total de 5,404 personas no reportaron salida. Con respecto a la migración irregular, el INM detalló que en los últimos cuatro años entraron de manera ilegal apenas 16 nicaragüenses, 198 recibieron un permiso especial de estadía y 135 obtuvieron una residencia. Sobre las solicitudes de refugio, en 2017 se recibieron dos y el año pasado 24.

“Los 24 solicitantes de refugio del año 2018 se han presentado en los meses de julio y agosto impulsados por las condiciones políticas en que se presenta Nicaragua en la actualidad”, detalla el informe del INM.

Se aclaró que ninguna de las solicitudes recibidas de refugio han recibido un dictamen favorable “a diferencia de 2016, que se le otorgó la condición de refugiado a un nicaragüense”.

Ingreso de venezolanos

Otro país que también enfrenta una crisis social y política es Venezuela. Esto ha desbordado en una masiva salida de sus ciudadanos a países vecinos, aunque decenas de casos se han presentado en Honduras.

El INM detalla en su informe que de 2015 a agosto de 2018 ingresaron a Honduras 16,459 venezolanos y salieron 13,600, por lo que “un total de 2,859 ciudadanos venezolanos no registraron salida del territorio hondureño”. El INM detalla que “se logró observar un flujo anormal comparando entradas y salidas de ciudadanos venezolanos, siendo este una diferencia en el 2015 de 326; 2016 de 112; 2017 de 2,353 y 68 en lo que va (hasta agosto) de 2018”.

Entre las conclusiones de los hallazgos se evidenció que en el año 2017 hubo un incremento en el ingreso de venezolanos del 41 por ciento con respecto al 2016, pero “según la tendencia tomada de enero a agosto de 2018 se estima que para finales de este año se tenga una disminución del 75 por ciento de ingreso de ciudadanos venezolanos con respecto a los ingresos de venezolanos de 2017”, entera el documento.

Se explica que la mayoría de ciudadanos venezolanos que han ingresado a Honduras son de género masculino, que representan el 66 por ciento y un 44 por ciento del género femenino.

Sobre la migración irregular, “se han registrado 82 menores de edad en condición de migrantes irregulares provenientes de Venezuela, de los cuales 1 (es) de 2015; 42 de 2016; 15 de 2017 y 24 de 2018”, indica el informe. Hay también un registro de seis adultos.

Ingreso

de nicaragüenses se comenzó a incrementar en 2017.

Además, se detalla que Honduras otorgó 30 residencias a ciudadanos venezolanos en los últimos cuatro años: dos en 2015; cinco en 2016; 13 en 2017 y 10 en 2018. También se especificó que 72 ciudadanos venezolanos han recibido por parte de Honduras un permiso especial para poder permanecer en el país, 33 de ellos solo el año pasado. Ante la crisis política en Venezuela se han recibido solicitudes de refugio.

El informe precisó que en el año 2017 solicitaron la condición de refugiado cinco personas de nacionalidad venezolana, entre ellos una niña acompañada de su papá.

“A los cinco casos se les reconoció la condición de refugiado”, detalló el INM. A estas personas se les aplicó la Declaración de Cartagena de 1984, por violencia generalizada, perturbación al orden público y violación masiva a los derechos humanos, en vista que vivían en zonas donde se desarrollaban manifestaciones continuas, con violencia, además, no había acceso a salud y alimentación. “A un caso se le aplicó también la Convención de 1951, persecución por opiniones políticas”.