Honduras

Exagente ayudó a Los Cachiros a recuperar millonario botín

Un documento de la DEA, al que tuvo acceso EL HERALDO, revela cómo el exdirector regional de la desaparecida DGIC en SPS estaba al servicio del clan y les ayudó a recuperar $2 millones

12.09.2018

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El expolicía hondureño Carlos Alberto Valladares Zúñiga enfrentaría una sentencia máxima de 17 años o una mínima de 14 años de prisión por tráfico de drogas en Estados Unidos.

Aunque él se declaró culpable en mayo pasado, es considerado como una pieza clave en el proceso judicial que se le sigue a otros seis altos exoficiales de la Policía que fueron acusados por delitos similares.

El exagente será sentenciado el 18 de septiembre por la jueza Lorna Schofield del Distrito Sur de Nueva York.

La justicia de Estados Unidos considera a Valladares como una de las manos derechas que el clan de los hermanos Devis Leonel y Javier Eriberto Rivera Maradiaga tenía infiltradas al interior de la Policía Nacional.

De acuerdo con una declaración que él mismo ofreció a la Administración para el Control de Drogas (DEA por su siglas en ingles) en marzo de 2017 en la Embajada de Estados Unidos, y a la que EL HERALDO tuvo acceso, fue él quien contactó a los otros oficiales para conspirar para el tráfico de drogas a Estados Unidos.

Semanas más tarde fue acusado y decidió entregarse voluntariamente a la justicia estadounidense.

Ofrecieron resguardo
El informe de la DEA, en poder de EL HERALDO, afirma que “Valladares declaró que en 2014 ayudó a Devis Leonel Rivera Maradiaga (principal cabecilla de Los Cachiros) a procurar que oficiales de alto rango de la Policía hondureña participaran en una reunión para fomentar el tráfico de drogas”.

Indica que Rivera Maradiaga le solicitó a Valladares, quien en su momento fungió como director de la desaparecida Dirección General de Investigación Criminal (DGIC) en San Pedro Sula, que consiguiera de ocho a diez comisarios de Policía para proporcionar seguridad y coordinar el recibo de una carga de cocaína de varias toneladas y para facilitar el transporte seguro y sin incidentes de la carga de un lugar a otro dentro de Honduras.

Para tal efecto, Valladares contactó a los policías hondureños Ludwig Criss Zelaya y Juan Manuel Ávila Meza -quienes también esperan ser sentenciados en Nueva York- para asistir a la reunión.

Sin embargo, no fue suficiente y Valladares hizo un seguimiento con coordinaciones adicionales con Ludwig Zelaya para lograr que más oficiales asistieran al encuentro.

Valladares -agrega el documento- manifestó que hubo dos reuniones, una en San Pedro Sula y otra en Tegucigalpa. Igualmente, indica que el exoficial se reunió en una gasolinera con Fabio Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo, condenado a 24 años de prisión en Estados Unidos por narcotráfico, para conseguir a nuevos elementos policiales.

Les recuperaron dólares
Carlos Valladares
no solo ayudó a la banda criminal de Los Cachiros a traficar con cocaína, sino que abusó de su poder en el interior de la institución para hacerles otro tipo de favores.

Entre 2010 y 2011 ayudó a Los Cachiros a recuperar dos millones de dólares estadounidenses que habían sido confiscados en un vehículo en La Flecha, Santa Bárbara.

“El dinero era producto de una transacción que debían pagar los asociados del clan Valle Valle de Miguel Arnulfo, pero Devis Leonel Rivera terminó vendiendo las drogas a otro narcotraficante no identificado”, indica el informe de la DEA.

“Una vez recuperado el dinero, Valladares entregó el dinero a Elvin Escalante y Orlin Maradiaga, ambos trabajadores de Los Cachiros. Valladares dijo que alrededor de 100 mil dólares dejaron dentro del vehículo para ser presentado como el decomiso a las autoridades”, señala el documento.

El capturado con el dinero fue Alejandro Antonio Chinchilla Arita, de oficio ganadero y originario de Morazán, Yoro, según consta en información publicada por medios de prensa en aquella fecha.

También manifestó Valladares que en una ocasión acompañó a Devis Rivera y a Fabio Lobo a esperar una avioneta cargada de cocaína que caería a la orilla de un río en Cortés.

“Valladares, Leonel y Lobo esperaron toda la noche en una casa distante de la pista de aterrizaje. Valladares nunca vio el avión ni la carga de cocaína”, señala el informe.

Al día siguiente, Valladares salió de la casa temprano en la mañana con un conductor solo conocido como Saúl, de regreso a San Pedro Sula.

En el testimonio, el hondureño afirmó a los agentes de la DEA que “normalmente no llevaba su arma de servicio cuando se encontraba con Leonel, excepto cuando él se conducía en su propio vehículo, y normalmente no estaba obligado a usar uniformes de policías, que era un investigador de ropa simple”.

Por otra parte, Valladares indicó a los agentes de la DEA que entre 2012 y 2013 estuvo involucrado en la recepción de más de 200 kilogramos de cocaína en una pista de aterrizaje clandestina en el departamento de Cortés.

Dijo que él no portaba ningún arma ya que no era necesario. Comentó que en esa operación había un gran grupo de personas con rifles de asalto AR-15 y AK-47.

Le manifestó a los detectives que se escondió detrás de un árbol mientras el avión aterrizaba y no tenía que coordinar nada. Aseveró que la carga de cocaína pertenecía a una persona identificada únicamente con el alias de “Luisón”.

Aseveró que Devis Leonel Rivera le pagó 3,000 dólares por su participación. El exagente es acusado de conspirar para ingresar al menos cinco kilogramos de cocaína a EUA.