TEGUCIGALPA, HONDURAS.- El agricultor Santos Herrera tomó una vara sólida y la empujó en la tierra. Hizo varios intentos, pero no logró penetrarla.
“Se fija, aquí todo está seco, esta tierra parece piedra, porque solo sol le ha caído, la lluvia se ha ido por completo”, lamentó con tristeza el labriego.
La prueba se hizo en la aldea Matapalitos, en la parte alta del municipio de Orocuina, Choluteca, donde la gente ya no sabe cómo sembrar.
Antes se sabía que el Día de la Cruz, es decir el 3 de mayo, comenzaban las lluvias, pero ahora no, un día cae una tormenta y al otro el sol es ardiente, aseguró el campesino.
La mayoría de productores están acudiendo a las autoridades locales en busca de apoyo debido a que entre el 15 y 25 de agosto termina la canícula y comienza el ciclo de postrera.
Los expertos están recomendando a los agricultores, sobre todo en el corredor seco, sembrar antes que caigan las primeras lluvias.
A esto le llaman sembrar en seco, lo cual garantiza que la semilla aprovechará toda el agua que dejen las primeras lluvias de la etapa de postrera. Pero la pregunta de los agricultores es qué sembrar debido a que no hay semilla.
En el corredor seco, que abarca los municipios del sur, oriente y occidente de Honduras, lo más seguro de producir es maíz.
Los frijoles se cultivan en pequeñas cantidades debido a que el clima árido no deja desarrollar la mata.
La mayoría de los agricultores entrevistados por EL HERALDO afirmaron que no tienen semilla mejorada, resistente a la variabilidad climática.
“Nosotros guardamos maíz de la cosecha anterior, el mejor lo dejamos como semilla para volver a sembrar, porque es difícil conseguirla”, afirmó Herrera. Otro de los productores se quejó de que la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) solo lleva a asistencia técnica a los grandes productores, a quienes comercializan el grano.
“De uno de pobre, que siembra para poder comer no se acuerdan, uno quisiera tener semilla buena y fertilizantes”, reprochó.
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Alternativa
Los agricultores de la zona sur y occidente del país, por ejemplo, urgen de alternativas de productos resistentes a la sequía, sobre todo de frijoles, porque la mayoría tiene que comprarlos.
Mientras que de maíz necesitan semillas que sean resistentes a las altas temperaturas y a la falta de agua, porque allí pasan más de un mes sin ver el agua caer del cielo. Don Miguel Ángel Osorto caminó por más de dos horas desde la comunidad de Plan Grande hasta el centro de Orocuina.
La intención era que el alcalde René Osorto les ayude con semilla y fertilizantes para poder sembrar en la temporada de postrera y tener alimentos para el próximo año.
El aldeano carga en un morral su tarjeta de identidad junto a una lista de personas afectadas, quienes perdieron toda la cosecha y se quedaron sin comida y sin semilla para poder sembrar.
“Estamos preocupados, ya se viene la postrera y estamos con las manos vacías, no hay semilla y tampoco podemos abonar, no tenemos recursos”, declaró a EL HERALDO el señor de piel quemada por el sol.
“El año pasado, el alcalde hizo lo mismo que estamos haciendo ahorita, nos pidió planillas de las personas que perdimos los cultivos”, narró.
“Ahora en eso andamos, traemos la fotocopia de la identidad de cada persona, para ver si nos ayudan con semilla y abono para sembrar en la temporada de postrera”, afirmó el labriego.
Las familias del corredor seco por lo general siembran entre dos y cinco medidas de maíz y unas dos medidas de frijoles. En las zonas completamente áridas, los habitantes siembran frijoles blancos, que cuando logran pagarse, les ayuda a mitigar el hambre.
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Plagas
Aparte la sequía, falta de alimentos y fertilizantes, los habitantes de corredor seco también sufre por las plagas.
Durante la siembra de primera, una peste del pulgón amarillo -que es una insecto que ataca directamente a las matas de maíz y pudre los elotes- también los atacó.
Esta plaga fue otro detonante para que se perdiera más del 80 por ciento de la producción de primera en el corredor seco.
“Aquí las matas crecen con la ayuda de Dios, porque no tenemos dinero para comprar veneno y atacar las plagas”, afirmó Osorto.
Para los pequeños productores, este es el tiempo para que las autoridades del gobierno les ayuden debido a que restan menos de 15 días para que comience la siembra de postrera.
Eugenio Álvarez, jefe de la Unidad Municipal Ambiental (UMA) de la corporación municipal de Orocuina, aseguró que están identificando a las personas que necesitan semilla para colaborarles con los insumos y puedan sembrar en los próximos meses.
El maíz que se siembra en la zona es “cuarentano” o cuarentón, que se produce en 40 días, pero con las últimas sequías no ha sido muy resistente, explicó el técnico municipal.
EL HERALDO comprobó que los productores ya se alistan y esperan la lluvia con la esperanza de tener una mejor cosecha al finalizar este año.
Los labriegos está limpiando el terreno, cortando lo perdido, mientras que otros metieron el ganado a la milpa, pero la mayoría le prendió fuego a la parcela.
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La Dirección de Ciencia y Tecnología Agropecuaria (Dicta) de la SAG cuenta con cinco variedades de maíz, que son las alternativas para enfrentar la crisis generada por la sequía.
Estas especies fueron denominadas Dicta Maya, Dicta Sequía, Dicta Laderas, Guayape y QPM Lempira, desarrollados en la estación experimental de Dicta.
En el caso del frijol se recomienda sembrar de la clase carrizalito, amadeus, paraisito y dehoro.
Las variedades de Dicta son opciones que el productor puede elegir porque soportan hasta 45 días de sequía, sin embargo, el problema es que no llegan a todos los pequeños agricultores de corredor seco.
