Honduras

Tiendas de prendas usadas dan tiro de gracia a sastrerías y zapaterías

Según registros de la Alcaldía de Danlí, han surgido 1,400 negocios este año y muchos de ellos son de ventas de prendas usadas. La baja demanda de clientes ha obligado al rubro a cancelar plazas y en caso extremo a cerrar sus puertas

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13.07.2018

DANLI, HONDURAS

Hasta hace una década atrás, las seis zapaterías y las 12 sastrerías más fuertes de la ciudad de Danlí no se daban abasto a su clientela.

Estos negocios de prestigio confeccionaban por docena finas prendas de vestir y calzado con calidad de exportación.

A los artesanos los buscaban desde diferentes partes de Honduras por el buen trabajo que entregaban.

Sin embargo, el rubro artesanal se ha venido abajo y la proliferación de negocios de venta de ropa y calzado de segunda mano casi pone el tiro de gracia a una industria de antaño que se aprendió de generación y generación.

En la actualidad, de las seis zapaterías apenas dos sobreviven. Seis de las sastrerías ya no existen.

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En decadencia
En la zapatería de don Germán Discua, en el barrio Abajo, debido a la competencia del calzado de segunda, solo él y uno de sus hijos trabajan en el pequeño taller.

Anteriormente mantenía hasta cinco operarios, pero la proliferación de ventas de calzado americano, más lo caro que está el cuero, lo obligaron a quedarse solo. La demanda es de apenas cuatro pares por semana.

Mientras tanto los exempleados del taller ahora se dedican a remendar zapatos.

“El zapato de segunda nos vino a afectar, es buen zapato y la gente lo ha sustituido”, comentó con nostalgia.

Las zapaterías se convirtieron en “remendonas”, es decir enfocadas en realizar simples reparaciones de calzado y no en fabricar.

Los sastres corren la misma suerte, según confirma don Toni Mendoza, quien tiene más de cuatro décadas de dedicarse al oficio.

1,400

negocias han surgido
y muchas son de ropa
y calzado usado.

En los años mozos de 1973, su sastrería tenía siete operarios a tiempo completo y muchas veces con horas extras.

En la actualidad mantiene su negocio con tres operarios y en su mayor parte se dedican a pequeños arreglos de prendas que el cliente compra de segunda mano.

“Uy, cuando comenzaron era un negocio próspero, no había tiendas de ropa usada. Hacíamos 18 pantalones diarios. Ahora los bultos nos han afectado y lo peor es que cada día salen más con precios de 10 y 15 lempiras la pieza”, comentó.

A raíz de la decadencia del rubro en Danlí, la juventud no le interesa aprender el oficio, por eso es difícil encontrar sastres en las temporadas buenas: en enero, inicio de clases; en septiembre, mes de la patria y en diciembre por la temporada navideña.

En la oficina del Control Tributario de la Municipalidad de Danlí existe un registro de más de 200 negocios de ventas de zapatos y ropa de segunda mano. De estas, solo 66 pagan impuestos y el permiso de operación.