Opinión

Un digno Pontífice

Benedicto XVI será el Papa de la Iglesia Católica hasta el 28 de febrero del presente año tras anunciar su retiro voluntario. Por su avanzada edad, ya no tiene energías para ejercer adecuadamente el ministerio petrino, cargo que asumió tras la muerte de Juan Pablo II.

En el Vaticano ya se preparan para nombrar a su sucesor mediante un cónclave en el que votan unos 119 cardenales de diferentes nacionalidades. Benedicto XVI asumió el 19 de abril de 2005 y durante ese tiempo, al igual que su antecesor, llevó puestas las sandalias del pescador y viajó por el mundo llevando un mensaje de paz y amor, que siempre pidió practicar más que predicar entre los feligreses del catolicismo.

Pero todo alto cargo conlleva grandes responsabilidades, por lo que el desgaste emocional y físico era inminente para un hombre de 85 años y era lógico que sus tareas le afectaran su salud. Por lo que debemos aceptar con resignación esta triste realidad.

En el Vaticano deberán considerar para su sucesor nombrar a alguien más joven para regir los destinos de la Iglesia más grande del mundo, pues quizá Benedicto XVI, quien fue muy cercano a Juan Pablo II, no quiso que fuera “expuesto” al mundo tal y como sucedió con aquel. Todos fuimos testigos de cómo se fue deteriorando la salud de Juan Pablo II en eventos que lo presentaban al mundo en silla de ruedas, padeciendo de Alzhéimer, entre otros achaques que son propios de una persona mayor. Benedicto XVI fue vencido por la edad y el cansancio, pero la historia reconocerá que fue un digno Pontífice.