Primera parte
Ante la proximidad de las elecciones primarias, los hondureños estamos sometidos a una incesante campaña de los candidatos de los partidos en contienda, especialmente de los denominados tradicionales. Desafortunadamente, y esperamos que esto solo sea durante esta etapa eleccionaria, las propuestas de los candidatos no son nada más que ofertas populistas sin mayor fundamento y que parecieran indicar un desconocimiento completo de la situación de nuestro país.
Los mensajes que escuchamos de los candidatos se circunscriben a la generación de equis número de empleos -¡increíblemente uno ofrece crear un millón de empleos, que posiblemente ni él mismo lo cree!-, incrementar el monto y el alcance del bono 10 mil que será transformado al bono 12 o 13 mil, restablecer los subsidios a la energía eléctrica, incrementar los bonos tecnológicos y del transporte, fortalecer la educación, mejorar la salud y así por el estilo. Lo que ningún candidato explica a la ciudadanía es cómo harán para cumplir estas promesas dado el caso que llegaran a ganar las elecciones primarias y posteriormente las generales.
Otros candidatos han tomado como bandera política la refundación de Honduras y la Constituyente, aunque en ningún momento explican qué significan estos términos y cuáles son los objetivos que se buscan con ellos.
Realmente que este tipo de propuestas, si las podemos llamar así, deberían ser rechazadas por los hondureños y exigir a los candidatos que nos presenten políticas, programas y proyectos que conduzcan al desarrollo sostenible y equitativo de nuestro país.
Lo que interesa a la ciudadanía es cómo se mejorará la seguridad física y jurídica, cómo se reducirá la corrupción y la impunidad, cómo se creará el clima adecuado para atraer inversión y generar empleo productivo, cómo se garantizará un presupuesto balanceado con un gasto de calidad y focalizado en mejorar las condiciones de las grandes mayorías, en lugar de seguir beneficiando a grupos minoritarios del poder económico y gremial, cómo se le dotará al pueblo de una salud con cobertura amplia y de calidad, cómo romper las argollas de los políticos que únicamente se valen del poder para beneficiar sus propios intereses y los de sus familiares y amigos.
En este sentido, se recomienda a los candidatos que lean el Informe sobre Desarrollo Humano Honduras 2011 publicado recientemente por el PNUD y la Visión de País (2010-2038), para que realmente puedan ofrecer a los hondureños esperanzas de que su situación puede mejorar en el futuro.
En el informe indicado, se establece que Honduras es un país que tiene uno de los niveles de inequidad económica más altos en América Latina, solo superado por Colombia y Haití y que este nivel en 2011 es mayor que el de 2001. O sea que en vez de reducir la desigualdad, la hemos incrementado.
Uno de los temas relevantes en relación con la inequidad económica es que entre mayor es el capital educativo acumulado por las personas, mayor es el nivel de ingresos. Entre mayor es el nivel educativo de las personas, también es mayor la posibilidad de obtener un empleo. En el mediano plazo, es imperativa una alianza ciudadana para exigir las medidas requeridas para recuperar la gobernabilidad perdida en el sector de educación. Los estudiantes de Honduras y especialmente los de los sectores más pobres que dependen de la educación pública, no pueden seguir secuestrados del Estatuto del Docente y de una dirigencia magisterial con intereses mezquinos y consignas ideológicas.
Por otra parte, la economía nacional no está generando suficientes puestos de trabajo. Para corregir esta situación, es necesario que el gobierno impulse políticas públicas que apoyen la micro, pequeña y mediana empresa, que se establezcan incentivos para estimular la inversión nacional y extranjera, y se amplíe la cobertura y acceso a la oportunidad de capacitación vocacional.
Igualmente importante es una reingeniería de la política tributaria. La eliminación de las exoneraciones y exenciones fiscales a distintos sectores de la economía que no se justifican así como a gremios como el de los maestros, el fortalecimiento en la recaudación de los impuestos directos, que van dirigidos a que tributen más los que más ganan, son medidas que podrían contribuir a disminuir la inequidad económica que impera en nuestro país. En la próxima entrega ampliaré el tema.