Daño. Porque generan un clima de inseguridad jurídica, afectando la imagen de un país necesitado de inversión nacional y extranjera. Lo más deplorable es que algunas de estas apropiaciones indebidas han sido tituladas por el Instituto de la Propiedad, como ocurrió en el Parque Jeannette Kawas, invadido por personas vinculadas a la siembra de palma africana.