Editorial

Segundo Bicentenario

Si en 2021 Centroamérica conmemoró 200 años de haber alcanzado la independencia respecto al imperio español, 2023 estará evocando nuestra emancipación respecto al México de Iturbide.

Resta poco más de un año para cumplirse dos siglos de haberla logrado cuando fue proclamada un 1 de julio de 1823. Fuimos anexados mediante combinación de fuerza y negociación entre Agustín I y la élite guatemalteca favorable a la incorporación, más la decisión coincidente de algunas ciudades ístmicas, pocos meses después del 15 de septiembre de 1821.

Este próximo Bicentenario -a diferencia del anterior- debe revestir amplia participación popular en las cinco parcelas, desde el análisis del contenido del Acta independentista hasta reflexiones críticas vinculando el ayer con el hoy, examinando causales, vinculaciones recíprocas, consecuencias, a efecto de disponer de radiografías-diagnósticos, punto de partida para que pueblos y gobiernos, al unísono, encuentren medidas correctivas que, cuando menos, atenúen complejas y severas problemáticas de carácter estructural.

La Patria Grande ha experimentado, a lo largo de su historia, plena de luces y sombras, retos y desafíos de diverso tipo: invasiones, desastres naturales, conflictos interestatales, disputas territoriales y marítimas, logrando superarlos con inteligencia negociadora.

Así, arribemos a este segundo Bicentenario con el mismo espíritu racional y cívico.

Son más las semejanzas que compartimos que las diferencias que nos han ido separando. Estamos ante otra oportunidad que no debemos desaprovechar, retomando los ideales y sueños de nuestros próceres, forjadores de la República Federal del Centro de América.

No podemos defraudarlos ni a ellos ni a la actual y futuras generaciones. Estamos, pues, ante un compromiso ineludible que no podemos ni debemos ignorar. Dejemos atrás lirismos intrascendentes para pensar y actuar con patriotismo, racionalidad y sentido de urgencia y compromiso.