Editorial

Maestros y maestras

Quienes optan por escoger esta noble profesión, no siempre valorada y reconocida por autoridades y por madres y padres de familia, tienen ante sí una gran responsabilidad: la formación intelectual y ética de sus alumnos, sean niñas (os) o jóvenes, contribuyendo a desarrollar su potencial para que eventualmente puedan pensar y confiar por sí mismos, desarrollando la autoestima, llegando a sus propias conclusiones, en síntesis, forjando personalidades integrales que orientarán sus vidas como futuras ciudadanas (os), con deberes y derechos.

Ambas buscan modelos en los cuales orientarse en su período formativo, clave para alcanzar personalidades equilibradas, suficientemente moldeadas para, tras completar los distintos niveles educativos: preescolar, primario y secundario, continuar con estudios superiores conducentes a la obtención de un título profesional que garantice un conjunto de destrezas y habilidades que lo capaciten para ingresar al mercado laboral o trabajar por cuenta propia.

Los estudios magisteriales deben capacitar al futuro educador(a) con una sólida preparación pedagógica que lo capacite para ejercer sea en áreas urbanas o rurales, en centros educativos públicos o privados, compenetrado que no siempre las condiciones de trabajo serán las deseables. Adicionalmente, maestras y maestros enfrentan retos tales como epidemias, violencia, remuneraciones insuficientes respecto al desempeño laboral, que no se limita a impartir clases, ya que su labor continúa en su hogar, preparando contenidos actualizados, corrigiendo exámenes, elaborando materiales didácticos.

Frecuentemente, deben ser consejeros y mediadores cuando surgen conflictos, manteniendo informados a madres y padres de familia respecto a los progresos y dificultades académicas de sus hijas (os). En este día, consagrado a las y los mentores, Diario EL HERALDO, además de presentarles un especial saludo, también testimonia su reconocimiento por la alta y honrosa misión que ejercen.