En enero de este año, las autoridades municipales de la isla de Roatán dieron un paso importante en la lucha contra el cambio climático al aprobar una iniciativa impulsada a través de la plataforma de internet Change.org para la prohibición de la comercialización y uso de pajillas y bolsas de plástico.
Otros municipios se han unido a la iniciativa. En la vecina Utila se ha tomado la decisión de prohibir el uso de pajillas y han acordado la utilización del plástico que sale de la isla como materia prima para pavimentar las calles de la comunidad.
Esta semana se informó que otras 21 alcaldías de distintos departamentos del país se han unido a la iniciativa de eliminar en sus territorios el consumo de plástico de un solo uso.
Según estudios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la mitad del plástico que utilizamos al año son artículos de un solo uso, como envases o pajillas. Es importante saber que este tipo de plástico tiene una vida útil promedio de 12 a 15 minutos, pero que puede tardar entre 400 y más de 1,000 años en desintegrarse. También que su impacto es letal para la naturaleza.
Se estima, por ejemplo, que alrededor de ocho millones de residuos plásticos provenientes de las ciudades a nivel mundial llegan a los océanos, ocasionando un impacto ambiental incuantificable a la salud de los ecosistemas acuáticos y la supervivencia de las especies que los pueblan.
Es por eso que quienes consideran que estas pequeñas acciones no contribuyen en nada a la conservación del planeta están equivocados.
Hay estudios que demuestran que el impacto es realmente importante y que por eso debemos apoyar e impulsar este tipo de iniciativas, y nunca olvidar que reducir el impacto de estos productos en los ecosistemas es responsabilidad de todos: de los gobiernos, de las empresas, de los usuarios.
Trabajemos entonces para cambiar la cultura del usar y tirar y aboguemos por la reutilización y el reciclaje. La Tierra es nuestro hogar, debemos cuidarla y protegerla.