Al menos en papel, las actividades del nuevo aeropuerto de Palmerola inician hoy 15 de octubre. Palmerola alzará vuelo en medio de las controversias que han rodeado todo el proceso de concesión de la obra, los términos del contrato, las enmiendas que se le han hecho al mismo, en su mayoría a favor del concesionario, y las millonarias pérdidas proyectadas para el Estado que comenzará a recibir el pago del canon de un 10% de los ingresos brutos por concepto de la tarifa de salida de pasajeros internacionales, hasta que la misma supere los 600,000 pasajeros anuales.
Y si bien las obras de Palmerola no están concluidas en un 100% y Toncontín seguirá recibiendo vuelos internacionales por algunas semanas más, es un hecho que hoy comienza la cuenta regresiva para el cierre de sus operaciones a vuelos internacionales.
Los capitalinos, que tanto temieron la llegada de este día, ahora que saben que ya no hay vuelta atrás y solo les queda clamar a las autoridades que la terminal de Tegucigalpa no solo se mantenga operativa para vuelos nacionales, privados y de carga aérea, como se ha anunciado, sino que también se hagan los estudios de factibilidad para la operatividad de vuelos regionales.
Los empresarios y los miembros de la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa consideran que esa sería una buena salida para aminorar el impacto económico que, si bien no se ha medido hasta ahora, seguramente tendrá el cierre de Toncontín en las economías de las ciudades gemelas.
Toncontín no debe dejarse morir y hay que trabajar para garantizar su operatividad en el tiempo, por muchas razones: las de seguridad, dicen los expertos en ese tema, y las de operatividad en caso de emergencias y desastres naturales, aducen otros.
Entre tanto, Tegucigalpa debe comenzar a decir adiós a los vuelos internacionales.
Y si bien las obras de Palmerola no están concluidas en un 100% y Toncontín seguirá recibiendo vuelos internacionales por algunas semanas más, es un hecho que hoy comienza la cuenta regresiva para el cierre de sus operaciones a vuelos internacionales.
Los capitalinos, que tanto temieron la llegada de este día, ahora que saben que ya no hay vuelta atrás y solo les queda clamar a las autoridades que la terminal de Tegucigalpa no solo se mantenga operativa para vuelos nacionales, privados y de carga aérea, como se ha anunciado, sino que también se hagan los estudios de factibilidad para la operatividad de vuelos regionales.
Los empresarios y los miembros de la Cámara de Comercio e Industrias de Tegucigalpa consideran que esa sería una buena salida para aminorar el impacto económico que, si bien no se ha medido hasta ahora, seguramente tendrá el cierre de Toncontín en las economías de las ciudades gemelas.
Toncontín no debe dejarse morir y hay que trabajar para garantizar su operatividad en el tiempo, por muchas razones: las de seguridad, dicen los expertos en ese tema, y las de operatividad en caso de emergencias y desastres naturales, aducen otros.
Entre tanto, Tegucigalpa debe comenzar a decir adiós a los vuelos internacionales.