Todas las crisis siempre dejan lecciones que se deben aprender. La pandemia del coronavirus no es la excepción. Nos vino a abrir los ojos para que vi?ramos las falencias y los aciertos en diferentes áreas de la administración pública.
Aparte de lo del sector salud, desnudó la realidad de un sistema educativo donde muy poco se ha planeado hacia el futuro, principalmente cuando se vive en una era donde la Tecnología de la Información y Comunicación (TIC) gana cada vez más espacio.
La crisis sanitaria nos encaminó en la modalidad de la educación virtual. No obstante, su efectividad en el sistema público demanda el acceso a internet en todo territorio para que ningún niño o niña sea relegado en su formación básica y media.
Con las falencias en conectividad a internet que se tiene en el país, la educación en línea ahora es un desafío que las autoridades de la Secretaría de Educación deben enfrentar basadas en una estrategia y no en acciones puramente emocionales. La estrategia pasa por una visión a futuro, con objetivos alcanzables y no con aprobación de decretos que quedan nada más en el papel, y que de ahí los docentes y los niños vean cómo se las arreglan.
En una reciente entrevista a EL HERALDO, el exministro de educación Marlon Brevé dijo que el Estado debe garantizar la conectividad gratuita a internet a los alumnos y docentes, de lo contrario muchos niños se quedarán rezagados. El reto es grande si se quiere entrar en la era de la educación virtual, y más cuando la conectividad a internet es baja. En uno de sus artículos, Roldán Duarte, expresidente del Colegio Hondureño de Economistas, refiere que según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), “Honduras con Nicaragua y Haití son los tres países que en 2020 tenían el más bajo porcentaje de acceso a internet en el continente, con cifras de 42%, 47% y 33%, respectivamente”.