Editorial

Droga a domicilio

La Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus ha evidenciado esta semana cómo funcionan en la capital hondureña algunas redes de microtráfico de drogas y las modalidades que utilizan para acercar el producto a sus clientes, principalmente jóvenes.

Las piezas periodísticas se han centrado en las redes que se dedican a la venta de las drogas a los consumidores en Tegucigalpa, y la facilidad con que ofrecen los estupefacientes en la capital hondureña.

Han corroborado que estas redes no dejaron de operar ni siquiera cuando -por motivos de la pandemia del covid-19- se ordenó el confinamiento de la población y que más bien en ese tiempo surgieron nuevas modalidades de distribución y ventas, una de ellas a través de las redes sociales.

Las redes de microtráfico están más activas que nunca, ofreciendo sus productos (incluso alterados con sustancias de alto peligro para la salud humana) en centros de recreación que se prestan a las actividades ilícitas.

La magnitud del problema queda reflejada en las mismas cifras oficiales del año 2022, pues las autoridades reportan 4,681 kilos de cocaína y 222,000 libras de marihuana decomisados a nivel nacional y en muchas zonas de la capital que son controladas por las bandas, las maras y las pandillas que se dedican a esta actividad.

Pero también en que la venta de estos estupefacientes se realiza a la vista y paciencia de todos, incluso de la misma Policía Nacional, que conoce las modalidades y puntos de venta pero muy poco hace para frenar el delito por falta de la denuncia ciudadana, según algunas de las justificaciones.

Es claro que esta es solo una de las aristas del grave problema del narcotráfico en Honduras, una problemática que debe ser atendida con estrategias encaminadas a la desarticulación de las bandas y la protección de los que más expuestos están: los jóvenes.