Editorial

Vacunación masiva

La gravedad de la pandemia del covid-19 en estos momentos en Honduras demanda de una inmediata revisión de las estrategias que las autoridades sanitarias han ejecutando hasta ahora, con el fin de frenar el avance del virus y el alto número de muertes que por esta causa reportan a diario los hospitales.

Un aspecto prioritario debe ser el proceso de vacunación, el que necesita revisarse para agilizar la inmunización del mayor número de personas en el menor tiempo posible.

En este punto, deben tomar una decisión urgente sobre qué pasará con la segunda dosis de la Sputnik V que le deben a 46,000 hondureños y hondureñas, que en su gran mayoría son adultos mayores de 70 años y unos 1,500 periodistas.

Todos ellos merecen un informe claro y transparente de parte de las autoridades sobre cómo avanzan las gestiones (si es que las están haciendo) con los fabricantes rusos para conocer las fechas probables de su llegada al país o si cambiarán o no el esquema de vacunación que les ha sido aplicado.

La gravedad de la situación les obliga además en estos momentos a agilizar los procesos de vacunación de la mayor cantidad de población posible, tal como lo vienen recomendando desde la academia y especialistas en temas sanitarios, que han advertido que esta es una de las herramientas más efectivas para hacer frente a las nuevas variantes del coronavirus, que son más agresivas y de las cuales al menos cuatro ya circulan y causan dolor y muerte en el territorio nacional.

Ampliar los puntos de vacunación y contratar y asegurar el pago del personal que se contrate para apoyar el proceso son puntos que deberían ser parte de esa nueva estrategia de salvar vidas que demanda una población urgida de una vacuna para protegerse del temido virus, y que para lograrlo tienen que enfrentarse a un largo y tortuoso proceso, no importando si es bajo el agua o bajo el sol.