Se celebra hoy el Día Mundial del Medio Ambiente, fecha que llama a recordar la frágil situación medioambiental que atraviesa el planeta y a crear conciencia de la necesidad de enfrentar esa problemática. La ONU ha expuesto la gravedad del problema: cada tres segundos el mundo pierde una superficie de bosque equivalente a un campo de fútbol; en el último siglo se han destruido la mitad de nuestros humedales, el 50% de los arrecifes de coral ya se han perdido y para 2050 podrían desaparecer hasta el 90%, incluso si el calentamiento global se limita a un aumento de 1.5°C.
Han dicho que la pérdida de los ecosistemas está privando al mundo de sumideros de carbono, como los bosques y las turberas, que las emisiones globales de gases de efecto invernadero han aumentado durante tres años consecutivos y el planeta está a un paso de un cambio climático potencialmente catastrófico. Pero también han anunciado el lanzamiento formal del Decenio de las Naciones Unidas para la Restauración de Ecosistemas 2021-2030, un esfuerzo de diez años para detener y revertir el deterioro del mundo natural, que estará liderado el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Una tarea titánica que se propone prevenir, detener y revertir este daño, pasar de explotar la naturaleza a curarla, convencidos de que solo con ecosistemas saludables podemos mejorar los medios de vida de las personas, contrarrestar el cambio climático y detener el colapso de la biodiversidad.
La restauración de los ecosistemas es una tarea global de una escala gigantesca que los hondureños y las hondureñas —que vivimos en uno de los países más vulnerables del mundo— no podemos ver con indiferencia, sino unirnos con entusiasmo desde nuestros espacios. Cultivar árboles, reverdecer nuestras ciudades, repoblar nuestros jardines con especies silvestres o limpiar la basura de los ríos y costas son solo algunas de las pequeñas acciones con las que podemos contribuir a construir un mundo mejor para todos.
