Editorial

La cepa brasileña del covid acecha

América Central está en alerta por la llegada de la cepa brasileña del covid-19, que es más agresiva.

Las autoridades panameñas han informado de la detección de un caso de una viajera procedente de Brasil y Honduras ha activado las restricciones a viajeros de países de América del Sur y Europa, y eso, sin duda, no es suficiente.

Honduras clama por una política efectiva de contención del virus, que hasta ahora ha sido errática. Muchas cosas se hicieron mal desde el principio y no han sido enderezadas en el camino. Ejemplos sobran. La compra de siete hospitales móviles que, más de un año después de su adquisición, están inhabilitados, tirados, mientras siguen investigaciones por parte del Ministerio Público que no han concluido en ninguna acción concreta en contra de los responsables de, a todas luces, una anomalía que debe ser castigada por la justicia, pues se trata de los escasos recursos con los que cuenta el país para tratar la pandemia.

Tampoco hay una política clara de adquisición de las vacunas, a tal grado que ni siquiera se conocen las fechas en que llegará el segundo lote de las vacunas del fondo Covax de la OPS/OMS.

Frente a la situación actual, el país demanda de acciones más contundentes de las autoridades sanitarias. La población no puede continuar a la deriva frente a un virus que en un año ya ha matado a casi 5,000 hondureños y hondureñas e infectado a otras 185,000 personas más.

Es sabido que la vacuna no es la única respuesta a la problemática, pero sí un eslabón importante en la lucha contra la misma.

Las autoridades sanitarias mejor que nadie lo saben y por ello deben actuar. Ya no se justifica tanta parsimonia.

La cepa brasileña acecha a la población que, de más está decir, parece que le ha perdido el miedo, por lo que también urge que observen las medidas de bioprotección recomendadas. Salvar vidas es y debe ser la prioridad de todos, en todo momento.