Editorial

Una nueva Honduras

En el inicio de la Cuaresma, la Iglesia Católica ha hecho un llamado a trabajar por una nueva Honduras.

La Cuaresma es un tiempo de cambio en el que hay que buscar una Honduras más unida y menos dividida por la violencia y el odio, han expresado los líderes católicos en el inicio de la festividad religiosa.

El mensaje se resume en la homilía que para la ocasión ha dado el vicario de la parroquia San José Obrero de la colonia El Pedregal de Tegucigalpa, Jorge Palacios, en la que ha planteado: “Necesitamos llenar de esperanza a los demás, a quienes se encuentran tristes, sin empleo por la enfermedad o porque lo han perdido todo por la naturaleza”.

Palacios ha llamado, “a ser maestros de la fe, constructores de una Honduras nueva”, más en los tiempos difíciles que se viven actualmente, marcados por una pandemia que azota sin piedad a la población, desastres naturales que dejaron en la calle a miles de familias, y que obligaron al cierre de empresas y puestos de trabajo de miles más. Una sociedad en la que campean la pobreza, la inseguridad y la violencia.

Un llamado que en los tiempos de desolación, desesperanza, preocupación y tristeza debe ser escuchado, principalmente por aquellos a quienes se les ha dado la oportunidad de gobernar la nación y quienes están actualmente buscando el favor del pueblo para gobernarlo.

Una clase política que debe comprometerse con dejar de lado los vicios del pasado frente a la demanda de un pueblo que requiere de una nueva generación de líderes, de gente comprometida con sentar las bases de una sociedad más justa e inclusiva, con menos desigualdades; de líderes comprometidos con la transparencia y la lucha contra la corrupción.

Es tiempo de fe, de esperanza; hay mucho trabajo por hacer para generar políticas de bienestar para cada uno de nosotros, un trabajo que compete a todos. Gobernantes y gobernados.