Conmemoramos el 243 aniversario del nacimiento, ocurrido un 1777, del prócer visionario que con su intelecto trascendió los límites del istmo centroamericano para proyectarse a escala continental al proponer la unidad de Hispanoamérica, recién liberada del imperio español tras tres siglos de vasallaje. Siendo criollo se percataba que los intereses de su clase social eran antagónicos con los de la metrópoli europea por lo que fue uno de los precursores del sentimiento e identidad nacionalista centroamericano, percibiendo al istmo hermanado en sus cinco provincias por compartir semejanzas superiores a sus especificidades. A la región y sus habitantes dedicó días y noches de estudio abarcando diversas áreas del pensamiento: jurídico, político, histórico, antropológico, económico. Sus escritos los plasmó en ensayos, discursos, reportes, proyectos divulgados en las páginas del periódico El Amigo de la Patria, que inició en 1820, por lo cual este año recordamos el bicentenario de fundación de tal medio informativo contentivo de noticias locales e internacionales. Combinó la reflexión teórica con la praxis, como pensador y como ciudadano. Jurista, legislador, diputado, canciller, candidato al solio presidencial en tres ocasiones, triunfador en el último intento. Empero, la parca se interpuso en 1834 antes de asumir el mando Ejecutivo. Al momento de su deceso se encontraba en plenitud existencial: 57 años. Centroamérica perdía a un estadista, a un patriota, a un profeta. Muchas de sus reflexiones conservan vigencia plena y deben ser retomadas particularmente cuando estamos a las puertas de conmemorar doscientos años de haber alcanzado la emancipación política, merced a los esfuerzos y luchas liberadoras de nuestros ancestros. Con clarividencia, Valle advertía a sus contemporáneos respecto a los desafíos que encaraba su patria centroamericana, tras alcanzar la independencia, apenas el primer paso en un recorrido a la vez promisorio e incierto, cargado simultáneamente de esperanzas y desengaños.
