Editorial

El ejemplo de las elecciones de EUA

El recién concluido proceso electoral de los Estados Unidos de América deja un mal sabor de boca, no solo a los electores de esa gran nación, sino a los pueblos del mundo, y principalmente de América Latina, que tenían en ese país el modelo de democracia soñado para sus propias sociedades.

Han sido los Estados Unidos los que históricamente han estado con su ojo inquisidor sobre los procesos electorales en los países latinoamericanos, demandando de elecciones en las que se respete la voluntad popular y se deseche la manipulación de los mismos.

Pero hoy asistimos a un evento nunca visto en la que se hace llamar la democracia más antigua y fortalecida del continente.

Lo sucedido tras las elecciones del 3 de noviembre ha sido, sin duda, patético, no solo para los estadounidenses, sino para el mundo que observa impávido. El presidente Donald Trump ha salido a denunciar la manipulación del proceso y un monumental fraude, cual estilo de los caudillos y dictadores latinoamericanos cuando ellos o sus delfines no han salido favorecido en los procesos electorales de sus países, y que los estadounidense han salido a criticar y demandar el respeto de las mayorías expresado en las urnas.

Pero, ¿qué busca el presidente Trump con desprestigiar el proceso electoral?

Son muchas las respuestas y muchos los análisis. El objetivo es ayudar a mantener implicados y motivados a sus seguidores más leales con vistas a cualquier proyecto que emprenda tras dejar el cargo, aunque eso suponga mantener a la gente desinformada sobre la realidad de lo ocurrido en las elecciones, dicen algunos.

Si tal como dice la teoría, la democracia tiene su sustento en los votos de la ciudadanía y no en el abuso del poder que se ostenta para denigrar los procesos, sin las pruebas contundentes que sustenten las denuncias que se hacen, queda esperar entonces que las rabietas de un presidente no hagan tambalear la que es sin duda la democracia más sólida del continente y esperar que la institucionalidad de esa gran nación funcione para que, de este proceso, salga fortalecida.