No es nuevo escuchar sobre los planes de recuperación del casco histórico de Tegucigalpa.
Son muchas las administraciones municipales que se han planteado esa necesidad, sin embargo, todos los esfuerzos han quedado en papel mojado.
Son muchos millones de lempiras los que se han invertido en varios programas ejecutados con los mismos propósitos, pero con escasos resultados.
Ahora que se retoma el tema se habla de un plan que tendrá como epicentro las avenidas Cervantes, Máximo Jerez y Cristóbal Colón, sectores en los que se estaría replicando el proyecto de cableado subterráneo que ya se ejecutó en la avenida Gutenberg del barrio Guanacaste, terminar con la contaminación visual en la zona, ampliación de las aceras, semaforización y una ciclovía formal, la que se construiría si la evaluación de la que funciona temporalmente arroja resultados positivos.
La tarea es monumental. Las inversiones altas, por lo que es importante que un plan de este tipo, para que tenga el éxito deseado, debe contemplar, además del apoyo de las autoridades y expertos, la socialización con los vecinos e incluso con el alto número de vendedores ambulantes que a diario recorren las calles del centro de la ciudad en busca de su sustento diario.
Cualquier actividad que se quiera ejecutar debe contemplar también el componente educativo, principalmente en temas de manejo y disposición de basura.
Se requiere, además, de una política global que potencie los espacios públicos y estos se conviertan en escenarios de arte y cultura.
El centro histórico cuenta con muchos atractivos que podrían hacer de la zona un punto de atracción turística, que beneficiaría a toda la ciudadanía. Hay que esperar que esta vez sí será posible ejecutar este proyecto y que por fin los capitalinos podrán ver realizados sus sueños de contar con un centro histórico digno de una ciudad con mejor suerte.
