Columnistas

Día mundial de los pueblos indígenas

Esta fecha conmemora a los primeros pobladores de los distintos continentes: los aborígenes, inexorablemente avasallados y conquistados, parcial o totalmente, por el expansionismo imperial procedente de Occidente. En Honduras subsisten actualmente siete pueblos indígenas y dos de ascendencia africana: lencas, tolupanes, misquitos, pech, tawahkas, chortís, nahuas, garífunas, negros anglo-antillanos, que representan el 7% del total poblacional. Su presencia otorga a nuestro país diversidad y pluralidad étnica, cultural, lingüística, pese al secular marginamiento y exclusión en que han subsistido, ante la indiferencia de los gobiernos y el acoso por parte de grupos económicos nacionales y foráneos que ambicionan sus territorios, aguas, bosques, minerales. Sumidos en diversos grados de pobreza, desnutrición, analfabetismo, enfermedades, deplorables condiciones laborales, falta de titulación de sus tierras ancestrales, han comprendido que solamente mediante la organización regional y nacional es factible alcanzar un desarrollo humano y económico con bienestar, equidad, dignidad, construyendo alianzas inter e intracomunitarias, con adecuada representatividad. El planteamiento de sus múltiples carencias y la formulación de propuestas de solución debe constituirse en una de sus tareas prioritarias. La diversidad sociocultural de estos compatriotas hace de nuestro país una nación multiétnica y pluricultural, realidad que debe ser incorporada a la Constitución política. Su presencia se da desde Islas de la Bahía por el norte hasta Lempira, Intibucá, La Paz, Valle en el sur y suroccidente, desde Gracias a Dios por el nororiente hasta Copán en el occidente. Fortalecer sus organizaciones representativas, mejorar la gobernabilidad, fomentar la cooperación, apuntalar la articulación interetnias, reforzar sus cuadros docentes para una educación bilingüe, constituyen algunas de las tareas prioritarias para estos hondureños y hondureñas. Obviamente, el Estado y la sociedad en general deben solidarizarse con sus legítimas aspiraciones y derechos.