Editorial

El número de muertes por causas asociadas al covid-19 que manejan las funerarias de Tegucigalpa no coinciden con las cifras oficiales de fallecidos que el gobierno comunica cada noche a la población en las cadenas nacionales de radio y televisión.

Estas diferencias las evidenció EL HERALDO en un informe publicado el lunes, según el cual hasta al 20 de junio las funerarias del país registraban 883 entierros bajo el protocolo covid-19, una cantidad que representaba más del doble de los que a la misma fecha registraba el Sistema Nacional de Gestión de Riesgos, con 357 decesos.

La situación ha seguido evidenciándose en los días posteriores cuando las cifras de muertos comunicadas por los directores de los hospitales públicos siguen estando muy por arriba de las que comunican los voceros oficiales del Estado para este tema.

La población cuestiona también el manejo de los datos relacionados con el número de pruebas PCR que se hacen públicas todos los días, ya que las mismas, según se conoce extraoficialmente, tienen un rezago de 10 o más días, lo que ha generado una falsa percepción de la evolución de la pandemia en el territorio nacional, pero principalmente en aquellas comunidades que tienen que esperar el resultado de una prueba 15, 20 o hasta un mes.

Las autoridades están obligadas a revisar su accionar en este campo, pues ellos mejor que nadie saben que el buen manejo de las estadísticas es un pilar importante en la ejecución de las estrategias a implementar para enfrentar la pandemia.

Es el manejo correcto de esas estadísticas el que les permitirá conocer si lo que están haciendo es lo indicado o les dirá dónde se deben hacer cambios urgentes en beneficio de la población que demanda atención de los servicios de salud en estos momentos.

Es una tarea que sin duda tienen pendiente en Sinager.