Editorial

Un Día del Padre atípico

Hoy es el Día del Padre en Honduras, una fecha que encuentra a la mayoría de la población recluida en su casa en atención a las medidas excepcionales adoptadas por el Gobierno de la República en su afán de contener la expansión del coronavirus.

Una ocasión sin duda especial para celebrar a los buenos padres, a los que además de alimentar, educar, dar salud y atender las necesidades económicas de sus hijos e hijas, acompañan su crianza, les brindan afecto, les enseñan valores, les forman para ser hombres y mujeres de bien.

A ellos las felicitaciones y todos los reconocimientos en este día.

Pero esta es una fecha que también llama a la reflexión sobre uno de los principales problemas de la sociedad hondureña: la irresponsabilidad paterna.

Se estima que en Honduras más de 750,000 mujeres son jefas de hogar, en su mayoría madres solteras, quienes se han visto obligadas a asumir totalmente la responsabilidad de criar solas a sus descendientes.

Un problema que genera pobreza y que expone a millones de niños y niñas a ser víctimas de todo tipo de violencia y hasta enrolarse en las estructuras criminales que acechan la nación.

Por eso, la fecha es propicia para llamar a la reflexión a los hombres que no cumplen con su deber y responsabilidad ante la llegada al mundo de un niño o una niña.

Recordarles a ellos que esos pequeños demandan de su apoyo económico para su pleno desarrollo físico, pero que también requieren de su acompañamiento para alcanzar su pleno crecimiento emocional y espiritual.

Por las condiciones extraordinarias que hoy vive Honduras, las celebraciones en los centros escolares y en otros sitios de recreación quedan suspendidas, pero hay que ser ingenioso para celebrar en casa a esos seres especiales que día a día acompañan el crecimiento de sus hijos e hijas, sin dejar de reconocer la fortaleza de las mujeres que han asumido el papel de padres y madres y que con esfuerzos están sacando adelante a sus familias.