Editorial

Arrecia escasez; hay que ahorrar agua

a falta de agua arrecia y hay que ahorrar la poca agua que queda en las principales fuentes de abastecimiento del líquido de la ciudad.

Cada persona, sin importar su estatus social y económico, está obligada a hacerlo.

En el marco de esta emergencia, las escuelas deben estar desde ya enseñando a sus alumnos las formas de ahorro del líquido y de cómo proteger las fuentes de agua, pero sin olvidar hablar de las consecuencias de la escasez y de la responsabilidad que tenemos todos de preservar nuestros bosques, ríos y quebradas.

Solo en Tegucigalpa y Comayagüela, son miles las personas que hoy en día se enfrentan a los severos racionamientos ordenados por las autoridades del SANAA, que advierten que si no llueve en las fechas previstas (a principios de mayo), los racionamientos se agudizarían todavía más, a una vez al mes.

Pero en río revuelto ganancia de pescadores, dice el dicho popular, que se evidencia en el aprovechamiento que hacen los vendedores de agua en cisternas, de la actual crisis. El negocio es redondo. El SANAA les vende el barril de agua a 2.70 lempiras y ellos lo revenden a 40 lempiras.

Por ahora, a pesar de las denuncias, no hay autoridad competente que salga a regular este claro abuso y atentado en contra de la economía de las familias que requieren el líquido.

Hay que reconocer, sin embargo, que esta semana el gobierno ha puesto en marcha el plan Agua en el Barrio, que llevará el líquido a por lo menos 7,000 familias al día. Una gran iniciativa que será un alivio para esas familias, y que después de muchos años la Alcaldía Municipal anuncia la apertura de licitaciones para la construcción de tres nuevas represas.

Queda esperar que todas estas acciones que se han anunciado en medio de la emergencia, se concreten y sean ejecutados con los más altos índices de transparencia, pero también que se delineen políticas públicas que aseguren el manejo adecuado de este recurso

Tags: