Editorial

El desempleo y el clima de negocios

El desempleo es uno de los principales problemas que golpea a los hondureños, y así lo reflejan las cifras oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas, según las cuales actualmente 240,533 ciudadanos en edad de trabajar están desocupados, es decir que no tienen ningún tipo de ingresos; otras 582,826 personas trabajan menos de 36 horas a la semana y desean trabajar más, y 1,987,242 trabajan más de 36 horas, pero tienen ingresos inferiores a un salario mínimo, que en 2019 era en promedio de 9,443 lempiras.

Esas cifras solo son el reflejo de la realidad que el país arrastra desde hace varios años y también del desinterés de las clases gobernantes, que muy poco hacen para mejorar el clima de inversiones y atracción de nuevos capitales que vengan a generar esas oportunidades laborales que demanda la población y que por no encontrarlas son muchos los que optan por ir en busca de ellas a Estados Unidos, sin importar los riesgos que implica la dura ruta migratoria hacia ese país.

El presidente del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Juan Carlos Sikaffy, ha dicho en una entrevista con EL HERALDO que el actual “clima de negocios no es favorable para la inversión y no parece estar mejorando”, y ha invitado al gobierno para que junto con el sector privado consensuen medidas para elevar dramáticamente la competitividad del país.

Hay que confiar que ese llamado se escuche y que empresarios y autoridades se unan en un solo haz de voluntades para sentar las bases que vuelvan Honduras atractiva a las inversiones que se demandan para la generación de empleo y el despegue económico de la nación. Para lograrlo se requiere la voluntad de todos los actores sociales, principalmente de la clase política y gobernante. No hacerlo es condenar al país a seguir transitando por la ruta del subdesarrollo, elevando los niveles de pobreza, violencia y delincuencia que ya asfixian a la población.