l Poder Ejecutivo envió esta semana al Congreso Nacional un texto de la Ley de Espacios Aéreos. Esta es, según las autoridades hondureñas, un nuevo instrumento en la lucha contra el tráfico de drogas y estupefacientes por la vía aérea.
El nuevo proyecto de legislación sustituiría a la Ley de Protección de la Soberanía del Espacio Aéreo, aprobada a inicios del 2014, y que, vale recordar, incomodó a la delegación diplomática de los Estados Unidos en Honduras.
La normativa vigente en su artículo tres establece el derribo de aeronaves no identificadas o no autorizadas cuya tripulación se resista a la interceptación de las autoridades hondureñas, disposición que, para las autoridades estadounidenses, atentaba contra operaciones infiltradas de la DEA en la lucha contra el narcotráfico.
La nueva propuesta del Ejecutivo ha sido bien vista por la legación diplomática norteamericana en Tegucigalpa, que escribió en Twitter: “Apoyamos la reforma a la Ley de Protección de Espacios Aéreos que asegurará la intercepción no letal. Su pronta aprobación por @Congreso_HND es un primer paso importante para profundizar aún más nuestra cooperación bilateral en temas de antinarcóticos y seguridad”.
Un sinnúmero de carteles de las drogas han utilizado en las últimas décadas el territorio hondureño para ejecutar, casi libremente, sus negocios ilícitos, y los pleitos de poder y territorio han sumido al país en una vorágine de violencia que ha cobrado la vida de miles de hondureños y hondureñas.
La lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado debe ser permanente y contundente. Para ello se requiere, sin duda, la voluntad política de las autoridades gubernamentales locales, pero también del acompañamiento del resto de países y gobiernos de la región que están siendo afectados por este flagelo, y principalmente de los Estados Unidos.