Editorial

Salvar el año académico

La conflictividad política y el abandono estatal golpean con fuerza al sistema de educación en Honduras como consecuencia de las constantes protestas sociales que se registran en el país desde hace varios meses. Los reclamos que han tenido a los estudiantes y docentes en las calles no son nuevos. Están demandando, para el caso, mejorar la infraestructura de sus centros de enseñanza, dotación del material didáctico pertinente, el pago de los bonos del transporte, mejorar las condiciones de seguridad.

Son peticiones que bien pudieron ser atendidas paulatinamente para irlas superando y no dejar que la conflictividad alcanzara los niveles de hoy en día, hasta llegar a poner en precario el año académico de miles de niños, niñas y jóvenes que por sus condiciones económicas la única opción de educación que tienen es la que les brinda el Estado en los centros de enseñanza pública.

La situación para al menos 120 colegios a nivel nacional es grave. En esos centros, según los registros de las actividades educativas, han perdido entre 20 y 40 días de clases en lo que va de este año, lo que les obliga a extender las actividades académicas hasta el 20 de diciembre. Solo queda esperar que el plan de recuperación del tiempo perdido se aplique y los estudiantes puedan salvar su año escolar, porque el país no puede darse el lujo de que sus niños, niñas y jóvenes se queden sin adquirir las competencias profesionales, las habilidades y las aptitudes que les permitan insertarse con éxito en el deprimido y altamente competitivo mercado laboral.

Esta es una de las razones por las que no deben cerrarse los espacios de educación a los que menos tienen. Ese debe ser el compromiso de las autoridades educativas, los docentes y padres de familia, así como los estudiantes y los líderes de los grupos políticos que están en las calles demandando la atención de los problemas prioritarios del sistema. No hacerlo, profundizará las diferencias sociales que ya existen entre quienes tienen el privilegio de ir todos los días a sus centros de estudio a recibir una educación de calidad y quienes no.