Editorial

Actuar con sabiduría

La sociedad hondureña ha vivido históricamente una serie de acontecimientos que han marcado la vida de sus ciudadanos.

Basta volver la mirada atrás para darse cuenta que no ha sido fácil el camino de creación y fortalecimiento del sistema democrático al que ha apostado la nación.

La historia nos recuerda que en ese largo camino fueron muchos los hombres y mujeres que perdieron la vida en la defensa de sus ideales y también que muchos más trataron de imponer desde sus posiciones de poder sus criterios para perpetuarse en el mismo.

Pero también registra que han habido momentos en los que el país pudo avanzar en sus propósitos cuando todos los actores políticos y sociales alcanzaron consensos al poner por encima de los intereses personales y de grupo, los del país.

Los dirigentes políticos están obligados a estudiar (y aprender de) la historia para no volver a cometer los errores que se cometieron y que arrastraron al país al borde del abismo que hoy se encuentra.

Deben entender que en sus manos está la paz social y que para alcanzar la misma están obligados a actuar con sabiduría, con responsabilidad. La confrontación no abona.

La conflictividad política solo agrava los problemas de pobreza y pobreza extrema que abate a más de 6.4 millones de hondureños, principalmente en el área rural, ahuyenta la tan necesaria inversión extranjera necesaria para la creación de los empleos dignos con los que sueñan los miles de hondureños que todos los días salen del país en busca de ese ansiado trabajo más allá de sus
fronteras patrias.

Es tiempo de que todos los actores involucrados, llámense políticos, empresarios, dirigentes obreros, estudiantiles y profesionales, los gremios, actúen teniendo como norte las necesidades del país.

Si no lo hacen, este barco que se llama Honduras se hunde.