Editorial

AMLO y los migrantes

No es lo mismo verla venir que platicar con ella”, dice el conocido dicho popular que hoy traemos a colación para referirnos a las políticas de migración del presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador.

AMLO, como se le conoce popularmente, se ha promovido como uno de los principales defensores de los derechos humanos de los migrantes y en contra de las manifestaciones xenófobas de las que están siendo objeto en tierras aztecas. Pero su discurso desde el poder se ha visto forzado a cambiar luego que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, amenazara con imponer un arancel del 5% para todos los productos importados como castigo por “permitir” la migración ilegal por su territorio. El gobernante mexicano ha resultado ser el principal aliado de las políticas antiinmigrantes de Trump y ahora juntos, dicen sus críticos, con sus fuerzas policiales y militares elevan el muro desde el Suchiate, el río que sirve de frontera natural entre Guatemala de México.

Hoy en día, policías, soldados y elementos de la recién creada Guardia Nacional de México realizan redadas en hoteles, automóviles y trenes en busca de migrantes. Esa persecución ha dejado imágenes impensables, como la de migrantes corriendo sobre el lomo de “la Bestia” para evitar ser capturados por la “migra”, de madres desconsoladas mientras son apiñadas en camionetas de la policía junto con sus hijos y saturados centros de detención bajo condiciones deplorables. Las calles de muchas ciudades de México se han convertido en la cárcel de miles de centroamericanos, en su mayoría hondureños, que son retornados de los Estados Unidos para esperar en condiciones infrahumanas una cita con las autoridades estadounidenses a las que han solicitado asilo político, o de otros que llegan con la esperanza de cruzar la frontera.

Son miles de personas, miles de hondureños que se aferran a su sueño de cruzar la frontera, alcanzar la tierra del Tío Sam, tener un trabajo y un salario que les permita enviar dólares a sus familias y con ello superar los niveles de pobreza en que viven.