Editorial

Doble conmemoración

ada nueve de junio se recuerda, con respeto y honra, el nacimiento de un gobernante probo a carta cabal, desinteresado, inclaudicable soldado morazanista, custodio de la reunificación de la patria grande: José Trinidad Cabañas, nacido en Tegucigalpa en ese día, en 1805.

Electo Presidente, presidió los destinos del país entre 1852 a 1855, debiendo enfrentar la hostilidad del régimen conservador de Rafael Carrera, implacable enemigo de Francisco Morazán y sus seguidores que mantenían en alto los principios de la primera reforma liberal implementada, a nivel continental, en Centro América, de 1829 a 1838.

Cabañas es, justificadamente, el paradigma de la probidad y honestidad, en lo personal y lo público: rechazando la pensión vitalicia ofrecida por el Congreso, retirándose a la vida privada más pobre que cuando asumió el poder, defendiendo la libertad de prensa. Su praxis existencial la resume esta frase suya: “...hay, pues, algo imprescindible, algo de más importe que los intereses materiales, que la utilidad del presente; y es el honor del país y los derechos del pueblo. Yo no los considero como una ideología, como una utopía porque ellos no pueden sujetarse al cálculo ni expresarse con guarismos.”

También este nueve de junio exaltamos el día de la Integridad y Lucha contra la Corrupción, mal social, ético y económico que, por el accionar de las redes corruptas, empobrece vertiginosamente a Honduras de manera sistemática, vía sobornos, legislación protectora de los saqueadores del erario público, evasión fiscal y mil otras maneras de perpetrar y afianzar el cohecho. Es por eso que las organizaciones empresariales, al igual que la inmensa mayoría de compatriotas, defienden y piden la permanencia de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (Maccih), petición respaldada por los países amigos del nuestro. Ella, la Fiscalía, el CNA, son y deben ser la vanguardia en esta lucha permanente contra el mal y el deshonor