Editorial

Un llamado de atención a los políticos

Lo peor que le puede pasar en estos momentos a la débil democracia hondureña es la manipulación de la integración de los nuevos organismos electorales. Pero la clase política parece no haber aprendido la lección y otra vez orillan al país a una nueva crisis, esta vez por el nombramiento de los magistrados del Consejo Nacional Electoral y el Tribunal de Justicia Electoral (TJE).

Ambas instancias se crearon con el propósito de que las mismas fueran las impulsoras de un nuevo proceso en el que primara el respeto irrestricto a las leyes y a la voluntad popular expresada en las urnas. Para garantizarlo, se habló de integrar los organismos con personal especializado en materia electoral, técnicos y especialistas, para gerenciar el proceso.

Pero ahora se ha conocido que los líderes de los partidos Nacional, Liberal y Libre, como para no perder la costumbre, han negociado la conformación de esos organismos, e incluso, que pretenden que dos de los actuales magistrados pasen a integrar las nuevas estructuras.

Las alarmas se han encendido en diferentes sectores de la sociedad civil, la clase empresarial y representantes de la comunidad internacional que han estado acompañando este proceso, que no han dudado en llamar a la prudencia a las cúpulas políticas, y les han pedido actuar con responsabilidad.

Los políticos deben entender que no es tiempo de generar más incertidumbre política, que el país se enfrenta a grandes retos para, en primera instancia, fortalecer su sistema democrático, y, con ello, trabajar para sentar las bases del desarrollo económico que le permita enfrentar el flagelo de la pobreza que castiga a más del 60% de la población.

En estos momentos, la pelota está en la cancha de los diputados, quienes están obligados a actuar con toda la transparencia posible para caminar con pie firme hacia la construcción de un nuevo sistema electoral altamente confiable, como lo demanda el pueblo hondureño.