El HERALDO publicó en su edición de ayer que las pérdidas económicas de la estatal Empresa Hondureña de Telecomunicaciones (Hondutel) sumaron 38 millones de lempiras en los primeros tres meses del año.
La información proporcionada señala que en 2018 las pérdidas de la estatal fueron de 203 millones de lempiras y que se proyecta para este año una cantidad similar.
La información ya no sorprende, la empresa, otrora la más exitosa del sector público, está en la quiebra.
Atrás quedaron sus años de bonanza.
Y llama la atención que ante la crítica situación financiera de la empresa, sea muy poco lo que se está haciendo para recuperarla.
En 2014, por ejemplo, se habló de un plan de rescate que contemplaba un financiamiento de 3,000 millones de lempiras para la modernización de la empresa y la reducción del personal; y de otros 600 millones para inversión en proyectos, pero todo quedó
en el papel.
Cinco años después, en 2019, la gerencia de la empresa dice que requieren de al menos 30 millones de dólares para su rescate y hablan de un socio estratégico, la diversificación de las inversiones y la reducción de la planilla, pero tampoco hay avances.
“Pareciera que la intención es quebrarla”, han comentado analistas y dirigentes sindicales, quienes advierten que si no se implementa ese plan de rescate, la empresa cerrará operaciones a mediados de este año.
La situación está planteada y urge que el gobierno tome las riendas de esta problemática y trabaje en el rescate de la emblemática empresa pública.
Esa es su responsabilidad y está claro que el camino no es la privatización, Hondutel todavía tiene bienes, infraestructura, millonarias inversiones en fibra óptica, entre otras ventanas de inversión y expansión de sus servicios, de los cuales echar mano para reenderezar sus finanzas.
