Editorial

Descubriendo a Honduras

La promoción del turismo interno permite que miles de familias conozcan otras regiones de la geografía patria, con su gran diversidad de culturas, razas, paisajes y monumentos existentes en nuestro territorio continental e insular.

Así se despierta un aletargado sentimiento de identidad y orgullo por Honduras y lo hondureño, su pasado y presente.

Antes de visitar otras naciones con la consiguiente fuga de divisas, debemos recorrer y valorar los cuatro puntos cardinales del país en que nacimos.

Diversos requisitos deben cumplirse para ese propósito: la infraestructura hotelera requiere modernizarse y ampliarse con adecuada comodidad, higiene, seguridad y tarifas accesibles a efecto que el huésped quede satisfecho de su estadía, con la intención de retornar.

En nuestros compatriotas debe inculcarse un espíritu hospitalario que vea en el viajero a un amigo merecedor de cortesías que lo hagan sentirse en casa y no alguien de
quién aprovecharse.

Educar a niños, jóvenes y adultos en el ambientalismo, desterrando el tradicional espíritu depredador de flora y fauna, protegiendo la frágil ecología.

La señalización de carreteras facilita el desplazamiento y ubicación de conductores, que deben encontrar estaciones de descanso a intervalos para recuperar energías.

El transporte público merece renovar las unidades, garantizando la seguridad y comodidad de los pasajeros, sin recargarlas durante temporadas altas.

El turismo constituye una fuente de empleo para miles de compatriotas, que urgen de entrenamiento específico para el mejor desempeño de sus funciones, tanto para los guías como para los fabricantes de artesanías.

La experiencia hasta ahora adquirida merece ser evaluada para mejorar y diversificar la actual oferta turística.